Sé Lo Que Hicisteis En El Último Concierto. Primavera 2018 (I).

Vamos con otro puñado de conciertos vistos en Madrid. Poco a poco la cosa va mejorando, pero la verdad es que aún queda mucho para alcanzar los niveles de excelencia que conseguimos el año pasado.

Rapture + Big Cheese . 16 marzo 2018. Sala Republic.

Mientras la escena Punk de la capital agoniza por la falta de relevo generacional y la falta de auténtico interés por ir a los conciertos (a no ser que los monte fulanito y haya que ir a dejarse ver), se puede decir que la escena HC goza de buena salud y que hay cantidad de gente joven (joven de verdad) moviéndose y haciendo cosas interesantes, de una manera sana y con muchas ganas. Y la verdad es que da gusto pasarse por eventos como este, la segunda edición del Tambores de Guerra, y ver que no todo está perdido. Eso sí, hablamos solo de la escena HC, que luego la mayoría de estas personas no acuden a conciertos de Punk en donde las banderas, las maneras y las actitudes, son otras o simplemente se carece de ellas. Vamos que hay veces que el gregarismo no deja ver el bosque y que cada palo sostiene su vela. Y no lo digo como una crítica, si no como una realidad. Y, de hecho, gracias a esta realidad determinadas escenas gozan de buena salud y otras, en donde no existe ese sentimiento de camaradería, buen rollo y comunidad, están al borde de la extinción.

Pero vamos con los conciertos. Tras un montón (creo que cuatro) de grupos nacionales en donde la gente se divirtió de lo lindo, todo hay que decirlo, salieron a escena los grupos ingleses, ambos de Leeds. A mí personalmente se me hace un poco pesado que toquen tantos grupos, creo que si tocan solo tres grupos (y veinte minutos cada uno) es lo ideal. Más se me hace bola.

Bueno, pues salieron Rapture, un joven grupo de estos de Youth Crew, que me gustaron bastante. No descubren nada nuevo y tienen mil influencias, pero la energía y sobre todo la voz de la cantante, me cautivaron. Tanto es así que me pillé su 7” “I Glorify” que está de puta madre. Suenan un poco a Straigh Ahead, a FloorPunch, algo a 7 Seconds… pero con voz femenina, que marca la diferencia. Igual les añadiría un poquito de melodía, que creo que les puede sentar bastante bien, y me sobran algunos de los inevitables cambios de ritmo del género, pero en líneas generales creo que están de puta madre. De putísima madre, añadiría.

Luego salieron a escena Big Cheese. En teoría el grupo grande, pero para mí no superaron a Rapture y su descarga mucho más Punk, certera y afilada. Demasiado pesados y metalizados para mí, con esas distorsiones tan jevis. Y demasiado dogmáticos con tantos cambios de ritmo por ley y los obligatorios medios tiempos instrumentales, de estos en los que se puede rapear encima, que lo único que hacen es alargar las canciones, no sé bien con qué objetivo. Vamos que no son mi rollo para nada. Pero debo reconocer que tocaron bien, fuerte y que entretuvieron a un público agradecido. Al final acabamos haciendo el ganso todos y lo pasamos bien.

 

 

Warm Bodies. 2 abril 2018. Wurtlizer Ballroom.

Para mí el concierto del año por el momento. Muy a la altura del que dieron Lumpy and the Dumpers el año pasado. De hecho no es casualidad que compartan un miembro un directo.

El disco no me entusiasma, la verdad. Lo había escuchado en internet y ni fu ni fa. Pero el concierto me flipó tanto que acabé comprándome el LP allí mismo, pese a haberlo oído antes y descartarlo, jajaja.

En directo sus canciones suenan más directas, menos jazzísticas, pero igualmente locas y, sin lugar a dudas, mucho más divertidas. Y lo que es más importante, las putas guitarritas roqueras que en el disco atufan, no estaban tan presentes y no molestaron tanto.

Nos ofrecieron un recital cortito (como debe ser) y nos dejaron con el culo torcido. Rabia, pose, fuerza… y esa combinación de solidez y destartalamiento que tan difícil es conseguir. Caballo desbocado, pero muy bien dirigido. Caos estructurado en pedradas certeras. Muy Punk. Sobre todo la actitud y la locura de Olivia Gibb, auténtica protagonista y ama absoluta.

Vamos que me he quedado deseando que vuelva con BB EYE para poder disfrutar de esta show woman en un grupo que, además, me flipa también en disco.

La polla.

 

 

Popov. 7 abril 2018. Fotomatón.

No es un concierto de Punk, pero visto que hay tan pocos interesantes…

Los Popov son un grupo de Pop ñoño donde los haya. Con la cantante de Fresones Rebeldes, no digo más… Pop saltarín con ciertas dosis de melancolía. Además tienen ese toque yeyé sesentero en los temas que tanto me da por culo. Sin embargo, me flipan. No entiendo por qué. Me pasa lo mismo con Las Kasettes, que siguen una fórmula muy similar, pero sin hablar de Surf en todas las canciones. Supongo que debe ser por la combinación de voces femeninas y las melodías.

Poca gente para un evento en el que (yo al menos) esperaba llenazo. También es cierto que había otros conciertos del rollo Punk Pop ese día y que los mods deberían estar en alguna importantísima pinchada de mierda. Aún así creo que faltó algo de promo y de boca a boca…

Tocaron su escaso repertorio (incluyendo los 5 temas de su único 7” y algunos que desconocíamos) y luego repitieron dos temas. No me gusta nada que se repitan temas, pero de hecho fui yo mismo el que lo propuso, ya que me supo a poco y habían hecho una primera toma un poco chuchurría (reconocido por ellos mismos) de mi tema favorito. Al tocarla otra vez, la mejora fue palpable.

El público no fue en exceso entusiasta, pero más o menos salió todo el mundo contento. La voz principal igual (sin trucos de estudio y la posibilidad de repetir hasta que salga bien) no estuvo a la altura del disco, pero se puede decir que sonó más “fresca”. Y los temas que no conocía me parecieron igual de buenos, aunque se disfruta menos si no te sabes las letras.

Agradecer el esfuerzo de la organización por traerlos. Gracias.

 

 

Morbo. 19 abril 2018. Funhouse.

Cuando estos chicos de Perú, una de las mejores bandas de este siglo en lo que a Punk podrido se refiere, me mandaron por email las fechas de la gira europea de Morbo no podía creer que no tocasen en España. Así que les escribí y buscamos al menos un concierto en Madrid, aprovechando que el avión salía desde aquí en su viaje de retorno. Lo malo es que el bajista se marchaba antes y tuvieron que tocar sin bajo.

El público reaccionó a la llamada, aunque tampoco en masa, pero para ser un jueves no estuvo nada mal. Entre la expectación creada y el apoyo de muchos peruanos residentes en Madrid que se pasaron, conseguimos un aforo bastante decente.

El concierto sencillamente fue maravilloso. El cantante es magia pura sobre un escenario tan solo con su mera presencia. Fueron desgranando con absoluto desparpajo temas de su LP, del single y de algunas cassettes (demos y directos): Muy panq, Si maduro me pudro, Quiero Oler… Una fiesta continúa de Punk en estado puro, sin aditivos, sin conservantes, sin colorantes, sin apuntarse a ninguna de las modas imperantes en la escena, para acabar con su aclamadísimo Me llega al pincho, con todo el mundo luchando por gritar la frase en el micrófono.

Nadie se esperaba que tocasen en los bises algo tan obvio como Demoler (Saicos) y más siendo de Perú, pero sin duda fue una guinda perfecta de desenfreno para un pastel tan asquerosamente podrido. Y mira que es un temazo que no puede molar más, pero de tanto oírlo en las pinchadas y a los grupos de Garage en sus conciertos, acabas muy harto y hasta lo odias. Pero cuando lo toca alguien como los Morbo (no porque lo toquen mejor o peor) te olvidas de que lo odias y te entregas feliz a los rituales paganos de destrucción colectiva. Eso solo lo consigue un grupo que te llega adentro.

Conciertazo. Muy Panq. Os queremos chavales. Mil gracias por todo.

 

Radioactivity. 27 abril 2018. Wurlitzer Ballroom.

Lo cierto es que ya les vi hace un par de años en Benidorm, en una edición del Fuzzville y sí, me gustaron, pero tampoco me mataron. Lo atribuí al hecho de que tocaron muy pronto en una sala gigante y con poco público. Como además soy muy fan de Marked Men (su concierto en Madrid y otro previo que vi en Rotterdam sí que me molaron mucho), quería repetir en sala pequeña a ver qué tal. Aunque también es verdad que esperé al último día para comprarme la entrada y me decidió el que no hubiese otro show de interés ese mismo día.

Tengo que hacer un esfuerzo para recordar más de tres conciertos en el Wurli con tanta afluencia de público. Me sorprendió que un grupo relativamente desconocido reuniese a tanta gente. No me sorprendió ver a aficionados del Punk Pop y del Power Punk, y sí a algunos clásicos de cosas más duras dentro del Punk. Pero lo que realmente me sorprendió fue ver a tanta gente desconocida que no había visto en mi puta vida en un concierto de Punk. Eso sí, mayores de 35 todos. ¿Dónde está esa gente luego cuando los conciertos se quedan vacíos?

Bueno, empezaron Bad Sports, que con la excusa de ser la banda de acompañamiento de Radioactivity, de No Bunny y de no sé cuántos más, al final me los he tenido que tragar un montón de veces por ir dentro del pack. Recuerdo que en algún momento del pasado me gustaron, pero siempre les he visto como un grupo del montón que no acaba de despuntar. Tocaron bien, con fuerza, un repertorio que se me antojó más Power Pop que otras veces, pero me parecieron bastante aburridos en general.

Luego volvieron a salir, esta vez con la formación de Radioactivity y la cosa mejoró. No hay duda de que han heredado el sonido típico de Marked Men con esa voz y esas guitarras características, pero nada más. Una cosa es el sonido y otra tener canciones. Y mientras Marked Men tienen canciones, muchas, muy buenas; Radioactivity solo tienen el sonido. No tienen putas canciones. Y eso, que por otra parte ya lo sabíamos, se tradujo en un concierto muy lineal. Menos aburrido que el de sus predecesores, pero bastante mediocre. El público tenía ganas y quería de verdad entregarse, pero finalmente se impuso la losa de la realidad y solo se movieron un poco con las dos únicas canciones que tienen, que encima dejaron para el final.

Prescindible.

 

The Scaners. 7 mayo 2018. Wurlitzer Ballroom.

La cosa es que el concierto era gratis y el bandcamp sonaba bien (no suelo escuchar más allá de la primera canción), así que nos plantamos allí.

Se puede decir que los franceses tocaron bien, perfectamente cuadrados, sonaron muy alto y con mucho ruido. Todo eso mola mogollón. Y le echaron ganas y mucha energía. Pero no me trasmitieron nada. Igual tenía un mal día, no sé.

La cosa es que esa película ya le he visto. Y muchas veces. No aportan nada nuevo. Bueno, para ser honesto, hay cantidad de grupos que tampoco aportan nada nuevo pero, aún así, me gustan. Y de hecho las canciones de estos no me disgustan, pero no sé, me faltó la chispa.

Quizás me irritó el hecho de que se autoetiquetasen como “Punk futurista del 2077”. Punk son. Synth Punk para ser más exactos. Pero no basta con tener un sintetizador para decir que haces Punk futurista. Hay que hacer algo nuevo, no plagiar a los Spits y a otros grupos del rollo y quedarse tan ancho. Mirad, por ejemplo Ausmuteans, al menos llevan un rollo más personal, más original e innovan algo. Esto es simplemente un ejercicio de estilo, sin más. Una película que, como ya he dicho, ya he visto muchas veces. Eso sí, está muy bien hecha, aunque sea el remake del remake.

Supongo que los amantes de las melodías simples, certeras y energéticas y los flipados de los tecladitos los disfrutarán bastante. Yo no pude.

 

Reuniones de viejas glorias.

Gente que ya tuvo 1 minuto de gloria y quiere repetirlo 30 años después. Esa gente…

No, no fui a los conciertos de Eddie and The Hot Rods, ni al de los Kids. Las reuniones de viejas glorias me parecen cada vez más y más mierda. Me parece bien que se junten para una gira, pero que se queden ya definitivamente y vuelvan año tras año por sistema para robar protagonismo a los auténticos protagonistas de esta década (los grupos de ahora) y para tomarnos el pelo, me parece lamentable. De hecho ni siquiera me gustan los primeros y los Kids han pasado de ser uno de mis grupos favoritos a encabezar mi lista de putas bragas de mierda que pasean su cadáver por los escenarios y de los que hay que huir como la peste.

Aun así, siempre pico con esto de las reuniones y creo que al menos hay que verles una vez en la vida, sobre todo si son grupos que no pudiste ver en su momento y que están en tu lista de favoritos. Pero solo una vez y no más. Ojalá tuviese la fuerza de voluntad para no picar ni la primera vez, pero uno es fan antes que cualquier otra cosa… Por eso mismo, aprovechando un viaje a Londres de Semana Santa, nos acercamos a ver la reunión de Crisis.

 

 

Crisis. 30 de marzo. Underworld. Londres.

Bueno, para empezar una reunión de un grupo sin alguno de los miembros es un timo. Y ya si es sin el cantante, me parece que no merece la pena. Generalmente se buscan a gente que imita bien la voz, como Michael Graves en Misfits, o aquel negro en Dead Kennedys, pero luego ya ni se molestan en eso: Jerry Only cantando (que no solo no está a la altura de Danzig, si no que no sabe cantar) o el nuevo cantante de DK que no llega a las notas y no se sabe ni las letras… Una puta vergüenza. Por suerte Crisis aún están en la etapa de coger a un cantante que imita a la perfección la voz.

Musicalmente sonó muy parecido a los discos. Cantante competente y tal, con algunos fallos por partes de los músicos, pero eso son cosas del directo. Eso sí, creo que tocaron más lento, cuando precisamente esperas que en directo sea más rápido. Pero bueno, salvaron la papeleta musical.

Lo que no salvaron fue la otra parte, que a veces es más importante que la música. Actitud cero, ganas cero, imagen menos dos… Bastante patético y lamentable todo. Si le añades a eso que el público superaba los 55 años en un 90% y que ni siquiera se movía, tienes un concierto de mierda en toda regla. Eso sí, tocaron todas las canciones. Lo malo es que también algunas nuevas que me pareció entender que quieren sacar ahora y que creo que no tienen la fuerza de las originales y están totalmente fuera de contexto.

Supongo que en un concierto con gente joven y entusiasta saltando y cantando la cosa podría llegar a ser soportable. Pero solo una vez.

Mgrtn.

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