LA CLÁSICA INTRODUCCIÓN QUE ESTA LLENA DE PAJA Y QUE SIRVE PARA LLENAR ESPACIO.
La música popular y el deporte alcanzaron su auge durante el siglo XX. Quizá sea por eso que siempre se establezcan modos y formas del deporte para hablar de música. Así, es normal encontrarnos con las eternas dicotomías, que si los putos Rolling o la mierda de los Bitels, que si Iron Maiden o los Judas, Nirvana o Pearl Jam, sin olvidar la enconada lucha entre grupis salidas de la Filmoteca: Oasis o Blur. Incluso a nivel regional, en una de las regiones más pequeñitas e inútiles del malvado imperio yanki, se puede hablar de Eskorbuto vs la Polla Records, Último Asalto vs Non servium o Novedades Carminha vs Sudor.
Estos Madrid vs Barcelona de la música tuvieron su particular versión en ese cacho de tierra, fuente de problemas, situada al norte de Irlanda, conocida como el Ulster y, de momento, unida al estado británico. Ya habrán adivinado que se trata de Stiff Little Fingers (SLF a partir de ahora) vs Undertones, quienes, para acrecentar la pugna, no es que fuesen los mejores amigos precisamente. No es mi intención comparar a estos dos grupazos con empresas tan lamentables como son el trampa$ y el trampe$, pero sí destacar que la excesiva atención que el populacho le dedica a estos piques, reforzados, o directamente inventados, por los juntaletras de turno, ha impedido que le dediquemos más tiempo a la trayectoria de otros grupos, fascinados como estamos por el morbo del enfrentamiento. Grupos que no tuvieron el merecido éxito comercial debido al carácter de los personajes, a la mala suerte, a que los propios protagonistas huían del mismo, a las fallidas campañas de publicidad o a la desidia y errores de los sellos; lo cual es una putada, no tanto para ellos ya que la fama en el Rock solo trae vidas desgraciadas, sino sobretodo para los que estamos ávidos de disfrutar de la energía, buen hacer, y temazos de tantos y tantos grupos que siempre han estado en un segundo plano y que muchas veces los disfrutamos tarde o lo que es peor, no llegamos a disfrutarlos por falta de conocimiento. Esto es especialmente sangrante en el caso de Irlanda del Norte; todo el mundo conoce a SLF y Undertones, pasando Rudi a un segundo plano, y ello a pesar de haber sido los primeros, los más fascinantes y me atrevería a decir, que los mejores de entre todos los grupos de Punk del Ulster. ¿En que me baso para tal afirmación? En primer lugar en mi criterio. Pero con razón dirán ustedes que mi criterio es una mierda, así que si no me creen, pueden hacer más caso a los protagonistas de la época, los que vivieron y formaron parte de la explosión del Punk en esa zona. Casi la totalidad de la gente de aquellos tiempos que ha sido entrevistada, quienes vivieron en primera persona todo aquello, ya fuese como miembro de una banda, público, fanzinero o dueño de un sello, coinciden en nombrar a Rudi como la mejor banda del Ulster. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Entre los recuerdos y experiencias me llamó la atención la opinión de Alasteir Graham, del fanzine Alternative Ulster, quien nos cuenta que las canciones de Rudi documentaron de forma exacta lo que era ser joven en esa época, en contraste con los archifamosos SLF, a quienes les escribían las canciones un periodista ingles (Gordon Olivie), dándose la curiosa paradoja que supone que un inglés hablase de los problemas del Ulster, mientras las tocaban irlandeses, y la juventud británica tomara estas canciones como vivencias reales. Mientras, Rudi hablaban de los problemas, vivencias y asuntos cotidianos de la chavalería del Ulster o por lo menos con los que estos jóvenes se sentían identificados.
Por todo esto, y por mucho más, es hora de rendirles un pequeño homenaje y de contar la apasionante historia de uno de los mejores grupos que en el mundo mundial han sido, y a los que peor les trato la suerte, para ya de paso hablar del Punk Norirlandés y, como siempre, del Punk y sus cosas en general, que de eso trata su blog amigo.
CATÓLICOS-PROTESTANTES; QUÉ ES LO QUE OCURRE CUANDO TE SALES DE LOS DEL “SÍ” Y DE LOS DEL “NO”
La ciudad y el tiempo que les tocó en suerte a nuestros amigos no es que fuera precisamente el mejor de los sitios para vivir cuando se es joven. Acordaos de documentales y películas: década de los 70, el Ulster y en especial Belfast son foco permanente de conflictos. La capital es una ciudad fantasma con avisos de bomba continuos, barricadas en el centro de la ciudad, controles policiales y, por si fuera poco, a estos problemas hay que sumar una alta tasa de desempleo. Odios y sectarismos político-religiosos, unidos al clima poco amable, hacen que sea uno de los peores sitios para ser joven. En definitiva, todo lo que normalmente se suele aplicar en forma de tópicos sobre el Punk londinense se elevaba a la máxima potencia en el caso que nos ocupa. Viendo el panorama no cuesta nada imaginar que la llegada del Punk fuese recibido como agua de Mayo para gente a la que la palabra No Future se le quedaba corta. Se podían ver juntos y revueltos a grupos amplios de pandillas formados por católicos y protestantes, a los que les unía tanto el gusto por el nuevo ruido como el estar hasta el gorro de los problemas de sus mayores, lo cual conociendo la historia de la pequeña provincia era en si mismo un acto subversivo en toda regla y que, como veremos, traería consecuencias, a menudo violentas, para los jóvenes punks. En este idílico paisaje será de donde salgan los protagonistas de nuestra historia. Conocido el contexto es hora de entrar en materia.

LOS PRIMEROS PASOS: POCO ORIGINAL PERO NUNCA ABURRIDO.
Rudi se formó a finales de 1975, casi al mismo tiempo que los indiscutibles iconos del Punk, y si no sabes de quien estoy hablando es que eres un ignorante comemierda. Como tantas y tantas veces ha sucedido en la música popular, la conjura se gestó en el aula de un instituto. En este caso entre Brian Young, Ronnie Mathews, Graham “Grymmy” Marshall, Leigh Carson y Drew Brown, todos ellos fanáticos del Glam Rock. Fue después de conocer a Marc Bolan tras un concierto de T-Rex en la isla de Man, en Julio de 1975, cuando se pusieron manos a la obra. El propio Marc les regaló un libro con las notas que Brian Young utilizó como guía para aprender a tocar; un tío enrollado el señor Bolan.
Conseguir el equipo adecuado para empezar a rocanrolear es lo que cualquier grupo hace tras el primer arreón de pajas mentales y visualizaciones probables del éxito absoluto. Como no podría ser de otra manera, se hicieron con lo necesario para empezar a ensayar como mandan los cánones del Rock canallita: 50% prestado, 50 % robado.
El siguiente paso era currarse unas versiones y en este caso estaba claro por donde iban a tirar. Sip, lo habéis adivinado, el Glam; canciones como Hot Love o Rebel Rebel o las típicas mil veces versionadas por los grupos punkarras comos Johnny B. Goode, de ya sabéis quien, o el Pills de los New York Dolls. De hecho su pasión por el Glam llegó hasta el punto de llamar a la banda como una canción de este estilo. En este caso de un single de 1973 llamado Oh-Oh-Rudi de los proto-punk The Jook.
Después le toca el turno a los inevitables cambios en la formación. El primero en abandonar el barco fue Leigh Carson, a quien se le expulsó debido a su afición por el Jevi Metal (bien hecho!!!!). El siguiente en apearse fue Drew Brown, en este caso porque perdió el interés en el grupo, por lo que Grimmy pasó a ocuparse de la siempre ingrata tarea de tocar la batería, siendo otro amiguete, Johnny Stewart, quien se ocupo del 50 % restante de la sección rítmica.
Hasta ese momento el grupo únicamente había tocado en fiestas particulares y clubes juveniles, teniendo que buscarse la vida para poder tocar en directo.
Viendo el historial, lo normal sería pensar que Rudi sería una más de los trillones de bandas de instituto anónimas que han llenado las página de la historia de la música popular, pero el acontecimiento clave que cambiará el rumbo de los de Belfast llegó en 1976, con el advenimiento del Punk. En el caso de nuestros protagonistas su contacto con el mismo llegó tras la escucha del impactante album de debut de los Ramones. A raíz de este suceso de magnitud histórica, mediados del 76, nuestros amigos decidieron abandonar el Glam y apuntarse al ruido Punk, convirtiéndose en la primera banda local en practicar el nuevo sonido, siendo desde el principio el referente para los punkos locales, ante la imposibilidad de ver a las bandas inglesas o norteamericanas por el miedo a tocar en el Ulster
Ya por tan tempranas fechas surgieron las prohibiciones para tocar en directo, siendo la localidad de Giryion Lodge quien tuvo el honor de ser la primera en prohibir un concierto de Rudi, debido a los problemas que causaba su público.
1977: EL AÑO
Como todos sabemos, 1977 fue el año del PUNK. Y en Belfast la cosa no fue distinta, pero si ya en Londres, un punk corriente y moliente se arriesgaba a que le zurraran los hooligans, los teddys o chusma patriótica así en general, como habíamos dicho, en Irlanda la situación llegaba a niveles esperpénticos y risibles, por lo ridículo, si no fuese por lo chungo y peligroso de las reacciones que provocaban en el sector uni-neuronal de la población, que como ocurre siempre, es el mayoritario. El propio Brian Young nos proporciona un escalofriante episodio, que afortunadamente quedo en nada, aunque sirve para hacerse una idea de lo guay y melancólico que era ser Punk por esos lares: parece ser que los UDA (los paramilitares lealistas) de una localidad llamada Hollywood (nada que ver con el celebérrimo y apestoso barrio yanki donde se lavan cerebros) iban a aparecer por el local de un concierto para directamente matar a los punkies, debido al impacto negativo que tuvo en los lealistas el God Save The Queen de los Pistols. Por esta canción, los paramilitares protestantes pensaban que todos los Punks eran anti-monárquicos y por tanto a favor de la independencia de Irlanda del Norte.
Así estaban las cosas, pero el empuje de nuestra música favorita será imparable y para principios del año comienzan a hacer acto de presencia por la incipiente escena Punk compañeros de viaje tan importantes como Outcasts y SLF. Rudi ya tiene con quien compartir sus accidentados y caóticos conciertos.

En Octubre tuvo lugar un acontecimiento clave para el auge del Punk Ulsterino, o mejor dicho, un NO-acontecimiento. Hablamos del fallido primer concierto de The Clash en Belfast, previsto para el día 20, suspendido el mismo día con la banda ya dando voltios por el lugar. Ello provocó numerosos incidentes, generando, como suele ser habitual, una reacción desproporcionada por parte de la policía. El suceso inspiró a Rudi el aclamado COPS-SS-RUC.
Esta canción de Rudi es la que aparece inmortalizada en la película sobre Terri Hooley como el momento de su adscripción al Punk, al tocarla cuando entran los pasmarotes en un bar a molestar a la chavalería.
La canción rápidamente se convirtió en el himno no oficial de la tropa punkil de Belfast pero, que yo sepa, no llegó a ser nunca grabada, y la culpa es enteramente de la banda, ya que la quitó de su repertorio poco tiempo después aduciendo que el momento concreto de tocarla ya había pasado y no tenía sentido grabar el tema.
No obstante, lo verdaderamente importante del episodio fue que el fallido concierto reunió en Belfast a gran número de punks de todo el país, lo que sirvió de punto de encuentro para hacer contactos, compartir información y generar la ilusión suficiente para que la gente más activa le diese por formar grupos, escribir fanzines, empezar sellos discográficos y lo que es más importante, hacer colegas y conocer tías, que suele ser el quid de la cuestión.
Para terminar con el manido concierto de los Clash, hablaremos de la actitud que mostraron ellos mismos. Los testigos tienen opiniones encontradas en cuanto a su actitud; por un lado están quienes piensan que se aprovecharon de la publicidad gratuita como grupo rebelde y radical, cuando en realidad solo se dedicaron a hacerse cuatro fotos, pasando el resto del tiempo encerrados en un hotel de lujo. Por otro lado están los que opinan que estuvieron a pie de calle charlando con los punkis e intentaron calmar los ánimos. Lo cierto es que son opiniones perfectamente compatibles y todos sabemos que los Clash eran capaces de lo mejor y de lo peor, tanto en el plano estrictamente musical, como en lo respectivo a sus, llamémoslos, “fundamentos ideológicos”.

Tras este “Cerros de Úbeda” que me he marcado, pasemos a retomar la historia de Rudi. También en Octubre hay un nuevo cambio, esta vez es Stewart quien deja la banda y se une Gordy Blair, después de acudir a la llamada de un anuncio puesto en una tienda donde pedían: “un bajista joven y guapo – no jipis”. Conviene señalar, a tenor de las fotos, que muy estrictos no fueron porque Gordy joven sería y jipi no, pero guapo lo que se dice guapo…
Para acabar con buen sabor de boca el mítico año, en noviembre aparecerá la primera crítica musical de nuestros héroes, en el Melody Maker. No pintaba mal la cosa, y como dicen los Wasps, apenas podían esperar a que llegase el 78… pero esto lo contaremos en la segunda parte de esta fabulosa historia. Para terminar con inmejorable sabor de boca os dejamos este otro hit, grabado en la misma sesión del programa Something Else (Edición Belfast), que el que comienza este articulo.
Ravishing Punk.
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