Muy tonto tiene que ser tu ciberbuscador para que si escribes Torrelavega y fanzine no te arrojar una respuesta clara a la cara: el octavo número del Enciende La Mecha. Con unos meses de retraso, y con la promesa olvidada del noveno número en preparación, nos adentramos en su contenido para que podáis viajar cómodos y seguros por los recovecos del «mejor fanzine de Punk hecho en España». Vamos a ello, que es un buen tocho.
Si algún ser malvado encuentra alguna similitud entre ELM y el MRR esto podría deberse sin duda a su gruesa sección de columnas de opinión. Me pregunto si Chevas habrá habido que rogar mucho para que la gente escriba o les sale toda esa mierda del cerebro de forma natural. La verdad es que con leer al Richal, el lenguaraz editor, despotricando contra todo lo presente que rodea al mundo del Punk, ya estaría yo más que contento. Y a lo mejor, hasta reflexionaría. Entre el elenco propuesto esta vez, hay gente atinada, gente que no sabe por donde le da el aire, y gente con pedradas más allá de los límites. Como la vida misma. En esta democracia modélica a todo el mundo se le da el espacio necesario para compartir sus más profundas ideas y sus ínfulas literarias descontroladas. Un descalabro, en la mayoría de los casos.
No menos excéntrico es el repertorio de artículos especializados. ¿Te gustan los videojuegos de ninjas? Artículo sobre el Shinobi. ¿Se te humedecen los bajos con anarquistas ibéricos con pistolas? Un repaso a sus más locas hazañas en el primer tercio del siglo pasado para ti, que eres joven. ¿Eres fan del cine de culto más bizarro? Pues ahí tienes lectura sobre la vida y obra de Bruce Campbell, narrada en un lenguaje incomprensible. Pero vamos a ver, ¿imagináis que todo esto puede conformar el mundo interior de un punk de corte medio? Pues si, y más cosas que dejo a vuestra imaginación. Vale, si, era porno.
Las entrevistas, hoy en día, sirven o bien para cotillear la vida de la gente de forma malsana, o bien para nada, porque a nadie le interesa leer las opiniones de los demás si se puede enrocar en las suyas propias. Salvo a mi, que no me salto una coma aunque todo apunte a que no me va a gustar nada de lo que escuche posteriormente. La gente guapa va directa al enlace de bandcamp a oír que carajo hacen esos tíos de pantalones cagaos, y pasan del resto. Me ha gustado leer sobre Syndrome 81, banda que he descubierto no hace mucho, aunque se me quedó corta la entrevista. Unos gabachos de provincia seguro hubieran dado más juego. También la de La Urss, que no por tenerles bien conocidos (incluso entrevistados), deja uno de aprender algo nuevo a través de su ambigua expresividad o de los viajes que han hecho por esos mundos del Punk. Poison Idea no me han interesado en la vida, y ya es tarde para cambiar mi pasotismo. El Coleta, más allá de sus videos locos, tres cuartos de lo mismo.
Mola que se haya currado cuatro entrevistas a bandas de Jarcor de su zona que están ahí dándolo todo. Algo debe significar eso, pero no estoy bien seguro de qué. Yo en mi entorno, todo un Madrid, casi no encuentro cinco bandas que me inspiren para escribir una docena de preguntas y echárselas a la cara. Me gustaría más que no metiese 5 preguntas en cada pregunta, y así la banda pudiese responder a cada una con más exactitud, pero yo que sé, serán cosas del ansia juvenil del Punk. Y de hacer las entrevistas por mail.
Interesante por su originalidad el «reportaje» en el que pregunta a un número de celebrities del Punk yanki sobre cómo vivieron el día que Trump ganó las elecciones y las expectativas que tienen respecto a su mandato. Por citar algunos de los que ubico detrás de su instrumento, están Paloma ‘ay carajo, se me olvidó hablar español’ Romero (Palmolive), Alice Bag, Rikk Agnew, DH Peligro o Jorge Casualties. Aunque cada uno suelta su compungida paja mental, es cierto que todos van en una dirección más menos similar como cabría esperar: cagarse en los muertos del presidente o dar mensajes apocalípticos. Todo esto va editado a base de pantallazos del chat de messenger. Mención especial al troleo al hermano de GG Allin y su legendario bigote. Puro oro para la historia, si señor.
Hay más cosas como las historias de juventud de Pablo Sela, de los célebres Melopea, y otras entrevistas a bandas que no me suenan ni de nombre, y que ya veremos si me molesto en googlear. Y el Bratto se escribe una columna trasnochada en su estilo habitual que arrancará risas de niños y grandes. Y múltiples historias veladas sobre la vida en Torrelavega y sus entretenidas cosas de la música.
Todo esto, y un cd con temas de todas las bandas entrevistadas más extras añadidos, por 3 pavos, corta y pega en din a5, blanco y negro, es un regalo oigan. Posiblemente ya sea tarde para que os hagáis con una copia, pero siempre podéis intentarlo escribiendo a enciendelamecha@hotmail.com o esperar a que algún alma caritativa (el propio autor) lo suba a algún servidor de descarga. Y poco más. Leed fanzines, que yo ya me he cansado de escribir.