Si algo siempre tuvieron los Damned fue sentido del humor a raudales. Me queda bastante claro después de tragarme este documental de Wes Orshoski que narra las desventuras de esta pandilla de chiflados. Lo suyo, entre otras muchas cosas, era la juerga, el cachondeo, la farra o como tú lo quieras llamar.
Damned fueron punta de lanza del primer Punk británico; fueron pioneros en casi todo: sacaron el primer single del género, el primer álbum y fueron ademas los primeros en cruzar el charco, pero por alguna razón nunca lograron el reconocimiento, ni los laureles que si alcanzaron sus coetáneos, lo cual deja entrever cierto poso de amargura que aflora en varios momentos del docu.
Ya conocemos la historia. Inglaterra era un horror en lo social y un puto aburrimiento en lo musical, la gente estaba harta de todo y se avecinaba un cambio muy profundo. En ese contexto del Londres de mediados-finales de los setenta una pandilla de buscavidas surgidos de diferentes bandas, o proyectos de banda sin mucho fundamento, dan forma a The Damned y empieza toda esta locura.
Su primera mítica formación (Vanian, Sensible, James y Scabies) es probablemente la mas añorada pero duró poco. Tan solo dos álbumes de estudio: el flipante ‘Damned Damned Damned’ y el ‘Music For Pleasure’. No dio tiempo a más después de la desbandada de Brian James, trayendo consigo la primera gran ruptura de la banda.
Pero al final, para bien o para mal, la vida sigue y a pesar del duro golpe, la banda renace de sus cenizas y se saca de la manga un nuevo disco: ‘Machine Gun Etiquette’. Aquí se marca un punto de inflexión: Captain Sensible suelta el bajo y se pasa a la guitarra solista hasta el fin de los tiempos; lo que conllevara un desfile de bajistas sin fin, algunos de los cuales dan testimonio de su paso por la banda en el film.
Todo evoluciona y durante los 80’s se zambullen en nuevos sonidos por medio de plásticos como ‘Black Album’, ‘Phantasmagoria’, etc… y es también en ese momento cuando el Capi comienza una dudosa carrera en solitario llena de altibajos. Para ellos, según sus propias palabras, la libertad creativa es muy importante. Pero no nos hagamos líos, la linea divisoria entre la genialidad y lo hortera es bastante difusa a veces. En determinado momento Captain esta teniendo bastante éxito por su cuenta y, como el resto de la banda esta precisamente en otra onda, decide dedicarse a lo seguro y abandona el barco.
La banda se rehace una vez más y empieza una nueva etapa, adoptando a un antiguo teclista como guitarra y entrando de nuevo al estudio, donde se genera un material no muy interesante para quien escribe esto, pero en cierta manera y a pesar de todo, manteniendo viva la llama del grupo. Es la época del ‘Anything’.
En 1991 se produce una reunión de viejos amigos (todos juntos, no como en The Final Damnation), pero por una serie de desavenencias y, alguna payasada incluida, las cosas vuelven a torcerse. Primero se larga Brian James y, después se genera el legendario pique entre Sensible y Scabies, motivado por alguna historia de derechos de autor y, váyase usted a saber que más, que dura hasta día de hoy puesto que no han vuelto a tocar juntos desde entonces. Es curioso ver a los antiguos guitarrista y batería marcarse una gira tocando las primeras canciones… ¡mientras sus antiguos compis actúan con la banda por la misma zona a pocos días de diferencia!
Uno de los grandes aciertos del documental es mostrar parte de las luces y sombras de los componentes del grupo. Y aunque no se comente, a partir del 2000 empieza la enésima etapa de The Damned, marcándose el más que digno ‘Grave Disorder’, seguido de ‘So Who’s Paranoid’ a finales de la primera década del nuevo siglo, para rematar hace un par de años con el ‘Evil Spirits’.
Desde hace ya bastantes años la formación se ha estabilizado con Stu West al bajo, Pinch (English Dogs) a la batera y un teclista bastante friki pero de aspecto bonachón, llamado Monty Oxymoron. Además de los sempiternos Dave Vanian y Captain Sensible. Recientemente Paul Gray, de su etapa ochentera, ha vuelto al seno de la banda.
A día de hoy (cuando las circunstancias lo permiten) siguen girando por todo el mundo. Todos sabemos que no es lo mismo que al principio, pero siguen dando directos divertidos y partiendo la pana a su manera.
Ademas de las clásicas luminarias punk de la época que se sintieron cercanas a ellos, en el documental podemos ver a gente de Melvins, Depeche Mode o incluso Eagles of Death Metal, lo que da una buena idea de la influencia que tuvieron.
Solo me queda añadir como fan: ¡Vivan los Malditos!
S. BOY