Otro de los discos del año pasado, que esta vez si obtuvo un enfervorecido aplauso por parte de la masa que opina, llegó desde Valencia y contiene 13 canciones con un puñado de melodías de las que te hacen levantar las orejas a la primera escucha. Tipex son un trío que ha militado en unas pocas de bandas ya, y que participa activamente de la vida musical de La Residencia.
Reconozco que, aparte de la voz belicosa que escupe invectivas con desdén o furia según toque, me han seducido esas líneas de guitarra urgentes y sencillas que, aunque me da la sensación que se comen un poco de más al bajo, consiguen encuadrar todo el sonido dándole mucha energía. Canciones cortas y directas en las que hacen sus declaraciones desperadas acelerando hasta chocar abruptamente contra la pared que es el fin del tema. Esta regla se rompe con dos excepciones donde se descuelgan con temas de cadencia parsimoniosa, en los que desarrollan ese tono malroyero que se adivina en todo el disco, pero que no te da tiempo a asimilar hasta que la aguja descansa en su soporte. Lírica agónica para exorcizar esos sentimientos que no sabes muy bien expresar, pero que no se marchan por mucho que te revuelvas y chilles. Mejor baila y sacúdete entre la multitud.
Un disco de Punk que hay que tener si o si. Si hay que sacar algún pero, se lo llevaría el arte que a mi no me termina de cuadrar. Ni esas letras amontonadas en la contraportada que me hacen forzar mis maltrechos ojos. Cuestión de gustos.
La reseña ha quedado algo breve esta vez, pero la buena noticia es que este jueves 28 (osea pasado mañana), Tipex vienen a tocar una vez más a Madrid, y sería un muy mal gesto para contigo mismo el quedarte en casa sin verlo, e incluso hacer otros planes por rellenar tiempo en tu vida. Es en el Wurlitzer Ballroom, a las 22:00 h, junto a Triple Ente y Troika. En este video podéis ver como se lo hacen en directo, en una noche de verano.