Desde el tortuoso norte donde, para ser sinceros, han escaseado las bandas que nos hayan llamado la atención en los últimos años, llega el debut de esta joven banda asturiana, con una fuerza que nos pone el corazón a bombear a pleno rendimiento. Hace algo menos de un año que les vimos en directo, y ya entonces comprendimos que sus grabaciones estarían lejos de defraudarnos.
Neura se retuercen en pasillos oscuros amenazantes, estrangulando vuestras gargantas con jubilo y frenesí. Las tres canciones de la primera cara se van acelerando hasta el término justo, tras comienzos tenebrosos, para ir lanzando agónicos gritos a la cara, frase a frase. Me cuesta decidir si me gusta más ‘Ruido Blanco’ o ‘Escapar’ porque, es cierto que a una primera escucha urgente, todas suenan un poco parecido, pero es la rabiosa voz la que marca diferencias a base de repeticiones ansiosas. A ratos, los estridentes efectos de la guitarra ayudan al sobresalto. El bajo suena atronador, rápido y distorsionado, fundiéndose en un escaparate muy turbio con la batería que golpea tu cerebro con todo el arsenal disponible. Todo muy estremecedor.
El cuarto tema crea un bucle más claustrofóbico entorno a chirridos y delirios musicales que rozan la locura sónica alejándose de los golpes directos de la primera cara. Una cara b en toda regla, en cualquier caso. Las letras, de carácter difuso y personal, que cobran sentido en las cabezas de sus compositores, son más interpretables de lo que podría parecer en un principio, acercándose a odios y fobias más bien comunes.
Es necesario hacerse con este disco para seguir creyendo en el Punk, y ver sus caminos torcidos un poco más próximos al abismo que nos alimenta.