El pasado viernes visitaron La Malvada Capital del Imperio Opresor dos bandas francesas que han hecho una de las giras más inteligentes que se han visto en los últimos tiempos. Esto lo digo, naturalmente, por las varias fechas que han hecho en Andalucía donde, de un tiempo a esta parte, se esta partiendo un bacalao muy fino, como cualquier persona de bien debería saber. Esta gira era por España únicamente, pero entiendo que las bandas que vienen de más lejos no vean claro la paliza de kilómetros que supone cruzar Despeñaperros si giran por toda Europa. Aun así creo que lo que puede ofrecer el gran Sur, sobretodo con buen tiempo, va más allá de la pasta que vayan a recuperar o no. Ahí lo dejo, amigos promotores y consejeros musicales varios.
Las dos bandas locales que abrían la noche eran Venezia y Satélite que presentaban sus primeros trabajos editados en sendos musicassettes llegados directamente de la pasada Edad del Plástico. Venezia hicieron un concierto corto pero cargado de la tensión que les caracteriza. Se nota que su mensaje de decadencia y pesimismo va calando poco a poco, porque ya se ve corear al público «Yo seré tu reina» o «Las ratas» con los dientes apretados. El intercambio de cantante-teclista que siempre hacen también es acogido con agrado por algunos sujetos que prefieren la melodiosidad a los chillidos feroces. No es mi caso, pero me gusta mucho su royo «renacentista» y agresivo.
Con poco margen para la acción salieron Satélite a escena. Los más entendidos, entre los que no me encuentro yo, notan en esta banda la presencia de una penumbra oscura respecto a sus predecesores, sin duda cargados con la rabia del Punk. Esta claro que las melodías son más etéreas, más hipnóticas pero también hay caña, guitarras y ritmos cadenciosos que empujan a abandonarse al baile frenético. Nuevos tiempos nos reciben, y esta es su banda sonora. Hay mucha vida por delante suya y muchos cuerpos y mentes que conquistar.
Mi primera impresión era que Asphalt me gustarían más porque estan más cerca del Punk más rápido e incisivo que me enajena. Y no me equivoqué demasiado. Su actuación consistió en una docena de temas de melodías pegadizas y cortantes, muy frescos y muy vacilones. Con una base guitarrera muy rockera y potente se comian un poco a la base rítmica, pero sonaron contundentes con sus millones de pedales de fantasía y efectos cavernosos. Su royo es más clásico y no tan sorprendente o a la moda, pero a mi me convencieron, vaya. Y la alternancia de voz chico-chica en cada canción le hacen mucho bien al conjunto para hacer esos cambios de ritmo que consiguen captar mi distraída atención al instante.
Videodrome era la propuesta más bailable de la noche y el público respondió fiel a la llamada a la pista. Aqui no había guitarra que entorpeciera la acción. Si bien es verdad que sus melodías no son todo lo megalocas que me gustan, si derrochan un montón de energía en cada tema. Tienen un punto oscuro y pesado que no terminó de engancharme a tope. Las canciones son más ruidosas y marcianas de lo que yo puedo aguantar. Su actuación se vió interrumpida porque el tiempo era límitado, y no sé si les dio tiempo a terminar su set. Aún así, digna actuación.