La espera de casi tres años ha valido la pena. Lo nuevo de Las Cruces, que presentaron hace un par de semanas con un concierto trepidante y veloz (y muy bien acompañados por Venezia y Compulsif, por cierto), les ha elevado un nuevo peldaño. Esto puede sonar confuso hablando de Punk, y no es una expresión que suelo utilizar con connotaciones necesariamente positivas, pero en este caso si veo una evolución para mejor. O al menos a mi me ha gustado más que sus primeras grabaciones, por el simple motivo de que la producción más limpia y cuidada que hay en este disco favorece matices con los que el resultado final gana mucho. Es cierto que ha habido un par de cambios en la formación que grabara su primer trabajo, pero desconozco si esto ha tenido algo que ver.
Lo primero que destaca es la voz, ahora mucho más presente. Una voz firme, vacilona, impertinente y abrasiva que me recuerda, acompañada por la violenta oscuridad que arrastran en algunas melodías, a Desechables. No es el mismo sonido rockero y cavernoso de los de Barcelona, pero si se puede encontrar cierta similitud. Y es que aunque pretendan desmarcarse de etiquetas, para los que escribimos críticas es tentador utilizarlas. Además, así creo una imagen clara en vuestras mentes con poco esfuerzo y tengo más tiempo para mi pasatiempo favorito: hornear cupcakes. Y no nos engañemos, los que las leéis deseáis vorazmente las referencias cómodas y estereoetipadas que os arrojamos.
Musicalmente no hay mucha más complejidad de la que ya había. Acordes duros, rasgados, opresivos, que a ratos suenan turbios y perturbadores, y que consiguen añadir frescura y originalidad a los tiempos que vivimos. La limpieza del sonido beneficia nuevamente al estilo, en mi opinión. La duración de los temas también ha subido. Pero no os asusteis: siempre por debajo de los dos minutos malditos que no deben ser superados jamás. Sus letras, eso si, siguen siendo cáusticas e intimidatorias. Son pequeñas historias de fracasos contemporáneos. Y por supuesto cargadas de insultos, insultos velados, insultos sutiles y un mal royo crispador que te quitará el apetito durante un rato.
Sin duda su anterior trabajo era más crudo, más inmediato y ofensivo para los amantes del buen gusto, y eso también me gusta porque es la base del Punk que adoro, pero ahora tengo la sensación de que estan sonando como quieren y todo esta deliberadamente colocado en su pentagrama imaginario. Aquello era una maqueta muy válida pero daba la sensación que aspiraban a más. Hasta aqui bien, pero será interesante ver hasta donde llega la «temida» evolución, que a tantas bandas ha arruinado, porque, como ya se sabe, sus caminos son inescrutables.
La rareza que cierra el Ep es un sexto tema: una versión en directo de Tipo Refinado, que podrán escuchar los que se compren el disco físico porque no esta en su bandcamp. El arte también merece atención ya que los cuatro miembros de la banda se han esforzado en aportar un diseño cada uno para ofrecer cuatro portadas diferentes. Esto me agrada especialmente porque la gente vaga abunda y no todas las bandas consiguen ese trabajo en equipo. Si eres un coleccionista, aqui tienes oportunidad de negocio. Si por el contrario, no eres un acaparador de mierda, consigue una copia a la mayor brevedad.