Que mierda es ser esclavo de mis propias palabras, basta una frase inocente, fruto de la emoción del momento, y sin quererlo ni beberlo me veo envuelto en un compromiso sellado con sangre de obligado cumplimiento. Así son las cosas, le das la mano a nuestro guía espiritual y líder emocional y te coge el brazo. Solo por pensar en voz alta lo que debería ser un clamor, que el disco de The Meet Up es lo mejor que ha parido la mediocre escena andergraun patria, o casi patria, en este 2015, me ha condenado a estar dándole a las teclas, cuando podría estar estudiando la apasionante historia del hombre de Neandertal, porca miseria! Por otra parte, que magnífico jefe de personal sería nuestro Lehendakari del Mediterráneo occidental. El gigantesco bluff que es Albert Rivera seguro que aprueba sus dotes de mando, su capacidad de disuasión y su amor por las comas.
Pero bueno, hablemos de lo que importa, del disco. Soy consciente de que estoy ejerciendo de profeta en el desierto, ya que entre la concurrencia que supuestamente sigue nuestro blog de esparcimiento mental, hay más aficionado al jarcor y al cucaracheo que otra cosa, mientras que el Power Pop no es que tenga mucho tirón, por lo menos en mi entorno. Por eso el disco de estos catalufos ha sido una bendición, mana caído del cielo. La verdad es que no me imaginaba que fuera a ser tan bueno, pero los cabronazos estos han cogido lo mejor de la historia de las melodías ñoñas, primaverales, de esas que te alegran el día. Esto es, el fondo de los Beatles y los Hollies, Revival Mod a lo Squire o Directions y grupos más actuales como Teenage Fan Club, Lost Patrol Band o Los Imposibles. A mí la verdad es que me recuerdan mucho a los Winnerys, aunque estos tuvieran una orientación más sesentera y biteliana. El hecho de que sea un mini LP con pocas canciones también ayuda a lo disfrutable del disco, el cual pasa en un suspiro, enganchando más que el pegamento y la coca-cola, sin que quede más opción que ponerlo una y otra vez. Al final solo lo podrás dejar cuando te estes cagando de mala manera, aunque una vez que entres en el excusado, te pasas los 15 minutos de rigor en el trono tatareando las magníficas melodías que jalonan todo el disco, donde si tuviera que destacar una, me quedaría con Stay Home, temón redondo con una letra con la que no puedo más que identificarme.
No puedo más que sentir la más despreciable de las envidias por el señor Manny. Me explico: los dos debimos de empezar a hacer ruido infame al rebufo de los Webeloss más o menos al mismo tiempo, él con Guardería Jackson, a contracorriente total, cuando en Barcelona solo debía de haber espacio para el Oi garrulo-cuñado y el petardo infumable de la cosa esa llamada emohardcore, yo con los Perturbados. Pero mientras su evolución musical llega hasta este magnífico disco, que me hubiera encantado firmar, yo he sido incapaz de progresar lo más mínimo hacia el modorrismo musical. La pereza y la apatía han podido más que mi devoción por Los Flechazos.
Poco más me queda por decir, creo que lo mejor que podéis hacer es pedir el disco ya mismo a Mr. Alfredo y le hacéis un favor porque tiene muchos trastos acumulados en su casa, y sobretodo, os hacéis un favor a vosotros mismos, dejad ya la mierda del Post Punk y el excremento infecto del Rock sureño, que parece que es lo que esta de moda ahora en el andergraun, y disfrutad un poco de la vida, copón, que para eso está.
Ravishing Punk.
Los vi en Valencia,( no los conocía), hace no demasiado. Soy fan.
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En Valencia, me gustaron que no veas. No los conocía.
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