17/10/2015 AVT + Sagrada Familia + Zorras Adolescentes (Zaragoza)

Una colaboración llega para contarnos cómo se lo montan en Zaragoza. El individuo colectivo vivió en primera persona una de esas largas noches de descontrol que hicieron famosa la ciudad del Ebro y a sus ciudadanos más indeseables. No pierdan tiempo y vayan a visitar a la Virgen del Pilar, que tiene una plaza muy grande a su nombre.

Zaragoza, una de las principales ciudades de España, también ha sido un punto destacado en la producción de grupos de punk. Véase IV Reich y Cocadictos en los ochenta o posteriormente bandas como los infames Animales Muertos o el gran Manolo Kabezabolo. Actualmente podríamos nombrar a formaciones como Kanzer d’Eskroto o Pastillas de Lavavajillas.

Con unos precedentes así, ya era hora de volver a la vieja Caesar Augusta a algo distinto a pasear por el Ebro, visitar la Catedral o comer enormes caramelos en forma de adoquín. Y aun estando en la traca final de las fiestas del Pilar, lo que queríamos era experimentar en nuestras carnes la escena punk de Zaragoza, lejos de todo el programa oficial de fiestas. La excusa era un concierto organizado por María Puñales y Zorras Adolescentes, otro grupo puntal de la ciudad y que hacía las veces de anfitrión. Les acompañaban dos bandas madrileñas: AVT y Sagrada Familia. Un servidor, a medio camino entre grupi, roadie y fan loca, se fue para allá con ellos a apoyar y disfrutar de la movida. Y ya de paso, a haceros partícipes de todo aquello, queridos lectores del Minuto de Gloria.

Quien diga que un concierto se reduce al rato que dura la música en directo es que no tiene ni puta idea de música. Por eso me voy a permitir aburriros un poco con los prolegómenos de esta expedición. Salimos con parte de Sagrada Familia desde Atocha. El que todavía no los conozca es que no está muy al día de las novedades de la capital. Últimamente están sonando mucho y tienen futuro por delante. En cierto modo es un super-grupo formado con gente de Penetrazión Sorpresa, Gruppo Paralelo, Sex Fürhers y los mitiquísimos Larsen. El viaje en coche se nos pasó volado, escuchando punk para ir entrando en calor y haciendo un sinfín de chistes malos sobre cualquier cosa. En tres horas te pones allí así que animaos si queréis salir de la rutina de Madrid y dar una vuelta con la punkarrada maña.

Una vez en Zaragoza, nos dedicamos a pasear por la ciudad y a ir de bar en bar. Para un vástago de la capital como el que escribe estas líneas Zaragoza resulta un sitio pequeño y acogedor, en donde todo está cerca y se puede ir andando a todas partes. La verdad es que eso se agradece, sobre todo cuando eres un forastero y no tienes ni puta idea de calles, transporte público, etc. También es verdad que la gente de allí nos acogió muy bien y nos acompañó a todas partes.

Poco a poco se iba empezando a ver ambiente de concierto en los alrededores del Berlín. Punkis y merodeadores bebiendo, tomando algo en los bares, atrayendo las dudosas miradas de los viandantes… No sé si la zona donde está ese bar es considerada una zona de salir pero la calle concentraba, además del Berlín, un par de garitos de heavy metal y otros bares y tascas para beber y comer. Todo ello propiciaba una atmósfera propicia para pasárselo bien. Antes de seguir unas palabras sobre el Berlín. Es uno de los pubs de toda la vida dentro de los círculos punkis. Lleva la tira de años y tiene esa idiosincrasia del rollo mezcla entre cutre y castiza. Es un sitio muy pequeño donde no cabrán ni 30 personas y que evidentemente no está pensado para hacer conciertos. Todo lo que podría pasar por inconveniente es al final la fuente de su esencia y encanto. Si has estado en el Nueva Visión de Madrid, puedes hacerte una idea. Incluso su dueño recuerda a una versión aragonesa del incombustible Johnny.

 

AVT 2
AVT 1 AVT arrasando las naves.

 

Hacia las 22h. empezaron los conciertos. Nótese que es una hora temprana y que aquí sí se respetó –entre otras cosas porque de lo contrario supongo que los vecinos pondrán el grito en el cielo-, lo que tiene la ventaja de que la fiesta post-concierto se te alarga muchísimo y te da tiempo para hacer mil cosas más. Abrieron AVT. Venían de tocar el día anterior en Barcelona y parecía que iban a estar cansados, sosos y comidos por la resaca. Nada más lejos de la realidad: consiguieron espabilar y dieron un gran concierto. El mejor de la noche. Acaban de sacar un EP y son también uno de los combos más en forma de la capital. Embutidos en un rincón, tocaron con energía canciones de su maqueta, de su EP y también temas nuevos que pintan muy bien. Alternando las voces de Jaime, Chus y Eva y tocando del tirón sin hacer apenas parones AVT resulta un grupo ideal para el directo. Y es que ese es su fuerte: molan mil veces más en vivo que en estudio. El diminuto local y las ganas de la gente hicieron que la fiesta se animase más. Es lo bueno de tocar en sitios pequeños, con cuatro gatos ya están petados. En cuanto al sonido, la novedad era el pedal de efectos de Jaime, que también le da un toque interesante al conjunto. Y en contra de lo que pudiera haberse pensado, el Berlín sonó bastante bien, sin mucho que objetar.

Después de la intensa actuación de la Agrupación de Vejestorios Trastornados (o como te dé la gana llamarlos), salimos a la calle a airearnos. Casi había más gente fuera que dentro. Bebiendo, fumando, aprovechando portales, esquinas y callejones para hacer el mal o simplemente tirados de cualquier manera. Era una colorida postal de crestas, chupas de cuero y todo tipo de indumentaria llamativa. Da gusto ver tanta gente punki arrejuntada en contubernio. Uno siente eso que llaman pertenencia al grupo y entiende más aquello de la tribu urbana. Quizá en ciudades más grandes ese sentimiento de comunidad quede más disipado en escenas y subescenas. Porque además de punkis costras había también personajes de todas las calañas, y todos mano a mano felices y contentos. Pero al mismo tiempo a uno le da por pensar… ¿tiene sentido ir a un concierto para quedarse en la calle? ¿Es el punk una excusa para tomar drogas con tus amigos o un estilo musical que te hace menear el esqueleto? Os traslado estas dudas existenciales a vosotros, distinguidos lectores. Yo no pude resolverlas porque empezaba el siguiente grupo.

Le tocaba a Sagrada Familia ser el jamón york en el sándwich de punk de la noche. Para muchos el mejor momento de tocar. En este caso, la Familia estuvo correcta. Hicieron a la gente moverse, sobre todo con sus versiones (New Rose, Frontera francesa…) De su producción me quedo con “Toque de queda”. Sin embargo, no es el mejor concierto que han dado. Monje no estaba en su mejor momento y no llegaron a tocar tanto la fibra. Todo el mundo tiene días y días.

Sagrada 2

Sagrada 1
Sagrada Familia en plena ebullición.

Cerraba la noche la banda local, Zorras Adolescentes. Son ya veteranos en esto y jugaban en casa ante su público. Para esas horas se notaba que la gente estaba más caliente y que había más priva y más speed en la parroquia. Personalmente no son mi estilo y fueron el grupo que menos me gustó. A pesar de todo, transmitieron frenesí y energía, sobre todo gracias a su cantante, empapado de calimocho y al borde de la esquizofrenia, y a su guitarrista. La gente también colaboró, desatando el pogo y pidiendo bises.

Para las doce el concierto había tocado a su fin pero al contrario que la Cenicienta, nosotros no teníamos que volver a casa y nos quedamos a continuar la farra maña hasta el amanecer, confraternizando con unos punkis aragoneses muy majetes todos y castigando nuestros mortales cuerpos con el baile, la música y los venenos.

Una gran noche, una gran expedición allende Guadarrama. Como solía decir un colaborador de esta casa, “ganó el punk”.

Individuo Colectivo.

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