
Un montón de mensajes cifrados aparecen a diario en sus receptores. La publicidad gratuita que les acecha cuando se agachan a atarse el cordón del zapato, o dejan las bolsas del supermercado en el suelo para sacar la llave de su portal. Carteros comerciales subvencionados por la sección de papelería básica de un comercio chino. Pregunten siempre por su identidad antes de abrir la puerta de su mente. Las ovejas negras corren descarriadas en busca de pastos frescos y agua de manantial.
«¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Por sus frutos los conoceréis» (Mt 7, 15-20)
