Una nueva colaboración nos llega de la mano de Manny Rodriguez, conocido por ser el intrépido guitarrista de atentados como Guardería Jackson, Manny Rodriguez y las Honky Tonkys, BrainF*ck o Boyle Heights. Hoy en día, hace lo suyo en The Meet Up, una banda de PowerPop barcelonesa que acaba de sacar un Lp cautivador con Discos Regresivos. A finales de Octubre estarán presentando dicho disco en Madrid, así que ya os daremos las pertinentes informaciones más adelante. De momento, os dejamos con su relato, del que podéis extraer algunas bandas imprescindibles con las que llenar de color vuestras vidas torcidas.
La verdad es que no nos podemos quejar. Estuvimos en Oakland en el Burger Boogaloo y dos meses más tarde en Hamburgo en el Get Lost Fest 3, a parte de las movidas que nos hemos perdido como el Fuzzvile de Benidorm o el We’re Loud de Atenas. Parece que son buenos tiempos para el punk internacional, lejos queda la amenaza de los grupos jevis tipo Hellacopters y todo el mundo se pone a bailar cuando un DJ pone Daddy is my pusher de los Tits. Ya nadie cree que es punk de verdad.
Desde la primera vez que fui consciente de la existencia de Burger Records les he tenido cierta rabia. Ese tufo a nosotros molamos más que nadie. Pero bueno, entre la cantidad de discos que sacan, de vez en cuando se cuela alguna cosa que me gusta. De todas formas, el cartel del festival estaba muy bien, un buen puñado de viejas glorias del garage-punk noventero, unos cuantos grupos nuevos que quería ver , pero siempre unos cuantos que me dan rabia. Entiendo perfectamente el sentimiento del que hizo la falsa carta de los Mummies a la gente de Burger Records.
Después de unos días en un San Francisco dividido entre las viejas calles llenas de yonkis y taquerías y las nuevas calles llenas de informáticos y cafeterías, nos fuimos a Oakland. No sé si es que soy un miedica, pero siempre que voy a USA tengo una vocecita en la cabeza que va diciendo Aquí es legal llevar aaaaarmaaaas. Nos habían avisado varias veces de que vigiláramos porque había barrios peligrosos por ahí, yo hasta había mirado una web con gráficos de cantidad de crímenes por manzana para asegurarme de que no nos metíamos en el Bronx. La realidad era sencillamente que estábamos justo al borde de una zona de viviendas de protección oficial (West Oakland) con un barrio de los suburbios, como cuando pasas de Barberá del Vallés a Badía. La gente de la licorería y los que salían de la iglesia nos saludaban al pasar.
Yvette y yo nos juntamos con Lluís, Sita y Sara en un motel de esos de película, con un parking separando los edificios y máquina de hielo en la entrada. El primer día por la noche antes del festival había varias fiestas previas, nosotros ya teníamos entradas reservadas para ésta, posteriormente vimos que nos habíamos equivocado. Porque era el concierto de reunión de la gente garagera de los noventa, Russel Quan, los Untamed Youth, etc. Y bueno ya están mayores, así que no queda casi nada del poco punk que tenían. The Ogres me gustaron bastante, muy rollo Neanderthals, pero desde luego nada nuevo.
Al día siguiente por la mañana cruzamos el puente del tren que separaba la zona chunga de la menos chunga y llegamos al parque en el que estaba el festival. Este es el momento en el que revelo que intento evitar ir a festivales. Los únicos a los que había ido hasta hace poco eran los primeros Funtastics, en los que me lo pasé bastante bien, pero en general no voy porque tanta gente junta no me deja disfrutar de los conciertos. La mayoría de la gente va a festivales por ir de fiesta, y yo no soy muy de fiesta.

Por eso, en cuanto vi el tinglado del Burger Boogaloo en el parque, me di cuenta de que mi recuerdo iba a ser como de un documental. Todo estaba muy delimitado. John Waters por ahí presentando los conciertos y luego retirándose a la parte de los artistas. Hacer cola para cerveza y tomarlas en zonas de las que no podías salir. Los Mummies al final estuvieron muy bien vistos desde la distancia, saliendo a tocar con mini motos.

Por la noche estuvimos en Eli’s, justo a la vuelta de la esquina de nuestro motel, donde las cosas eran muy diferentes. Un bar de rock’n’roll de toda la vida donde hacían unas hamburguesas deliciosas que nos vinieron de perlas. Y luego pudimos ver a los Clorox Girls, que estaban un poco desentrenados pero dio igual porque todo el mundo se sabía las canciones.
Por suerte el segundo día empezó fuerte con un par de conciertos muy buenos en los que no había mucha gente y se podía estar en primera fila. Sneaky Pinks, el antiguo grupo de Nobunny que se reunía después de varios años sin tocar, fueron todo pose como tiene que ser y quemaron una bandera americana para terminar. Gooch Palms, un par de australianos mezcla de Subsonics con Barney el dinosaurio y tienen un directo muy potente. Ahora mismo están de gira continua por los USA, pero me apuesto algo que el año que viene vienen a Europa. Por desgracia el día acabó con Fuzz, otro coñazo de Ty Segall, así que nos volvimos al motel y luego seguimos con nuestras vacaciones.
Un par de meses más tarde, fuimos a Hamburgo al Get Lost Fest 3. Ya estuvimos el año pasado, porque aunque mantengo la anteriormente mencionada política de no ir a festivales, si un evento es una serie de conciertos de grupos que me interesa ver, en una sala de conciertos, no lo considero un festival.
Si no habéis estado en Hamburgo, deberíais ir. A parte de las odiosas camisetas de la calaverita, St. Pauli sigue siendo un barrio muy guay para salir por la noche, mendigos y borrachos entre bares de copas cutres y clubs de striptease.
Nada más entrar en el Hafenklang, una sala de conciertos de dos plantas en la parte del puerto bastante más pija, empezaban a tocar los Achtungs, exactamente lo que necesitaba. Vale que parecen un grupo de tributo a los Reatards, pero a mí ya me va bien. Todos los grupos de Total Punk que tocaron me molaron. Ese sello lleva una larga racha de aciertos, incluso con cosas que no son directamente punk como Bäddat för Trubbel. Golden Pelicans tremendos, un grupo de hardcore-garage-punk que hay que ver en directo, con el cantante gritando con actitud de estar de vuelta de todo.

Por la noche estuvimos viendo pinchar a Lluís y a Alvar y luego nos acercamos al Molotov, en la parte de discotecas de St. Pauli, donde había un concierto de Küken, el grupo actual de los Kidnappers, pero era una sala muy pequeña, estaba a tope de gente, estábamos muy cansados del viaje y nos fuimos a dormir.
El segundo día por la mañana seguían los conciertos en el jardín trasero del Molotov. Una pena que no volvieran a hacer como el año pasado conciertos en un barco por el río, nos lo pasamos de muerte viendo a los Marked Men en alta mar. De esta parte me gustaron mucho los Suspect Parts, en directo mucho mejor que lo que tienen grabado.
Una cosa que con el tiempo me empieza a cansar es el post-punk siniestro de algunos grupos como Red Dons o Nervosas. No es culpa directamente de estos grupos, Nervosas tienen unas cuantas canciones con melodías que molan, pero uno a la larga se aburre del rollo depresivo.
Finalmente el segundo día por la noche vimos a Dean Dirg. Yvette estaba emocionada. A mí me gustaron, aunque se les notaba que ya no estaban mucho por el tema, y eso que solo hace 7 años que no tocan. Pero ya se sabe, el punk es un deporte de gente joven. Estaban tocando en casa, la gente coreó las canciones y todos nos lo pasamos muy bien. Para acabar los Hex Dispensers no me dijeron absolutamente nada.
Resumiendo, el Burger Boogaloo estuvo bien por verlo pero no volvería. En el Get Lost nos veremos el año que viene casi seguro.