Filmage: La historia de The Descendents/All (2013)

 

 

Es de justicia decir que The Descendents nunca ha sido una banda que me interesara más allá del «Milo Goes To College», que si me parece un disco con enormes temas de crudeza sinpar, donde melodía y velocidad encajan a la perfección. Y con el aliciente de no superar el minuto y medio, la mayoría. Los sucesivos discos, por alguna desconocida, o quizá no tanto, razón no me han enganchado igual. Y aunque uno guste de opinar desde la ignorancia, nunca hay que desdeñar el conocer en profundidad la historia de una banda con un logo tan estúpido. Más teniendo la oportunidad de hacerlo mediante un documental que concentra sus más de 30 años de trayectoria en 90 minutos.

descendents-photo
Primera formación

 

La cosa no puede empezar peor, con la clásica y vomitiva introducción a base de comentarios de un puñado de señores adultos, miembros de bandas que me son del todo indiferentes (léase Punk americano de los 90’s) diciendo lo mucho que los idolatran, lo mucho que se esforzaban, lo grandes músicos que son, lo mal que les ha tratado la historia, y otras cosas que para mi están en las antípodas de lo que considero una banda de Punk. Todo esto, además, sazonado con imágenes de conciertos recientes, donde tocan ante miles de efervorecidos fans. Todo apuntaba a un apestoso y propagandístico documental de ensalzamiento y gloria del grupo. Como uno no se intimida facilmente por los efectos especiales, los montajes del director, y el dañino impacto que ha causado la MTV, resisto al repentino impulso de apagar el reproductor de video ipso facto.

Y ahora si, empieza la historia por el principio, allá por 1978, y es cuando se nos revela que una banda formada por un chaval gordito aficionado a la pesca (Bill Stevenson), una personalidad esquizoide (Frank Navetta, que desaparece posteriormente de la historia quemando todo su equipo musical) y un treintañero con sindrome de Peter Pan (Tony Lombardo) no pueden formar un grupo dentro de lo común. Al tiempo, se une a la voz, el incondicional de la banda y proyecto de científico, Milo Aukerman. Sus desconcertantes letras sobre el arte de la pesca, las eternas dificultades para relacionarse con chicas, y los problemas familiares escupidas de la boca de ese tipo con aspecto de estudiante empollón y recibidor de collejas, en lugar de un tipo duro y peligroso, hacen que una buena parte de la juventud marginal se identifique con ellos de manera instantánea. Lo demás es la historia de interminables cambios de formación, renuncias, parones, giras exhaustivas, grabaciones en la más estricta disciplina, llevar una sucia y desordenada vida durmiendo entre furgonetas y locales de ensayo, y una pintoresca adición al café, como droga para mantener la hiperactividad y producir «los peores pedos jamás olidos», contada por protagonistas, allegados y admiradores. Hay momentos para el drama, cuando Bill, el batería y verdadero cerebro de la banda, roza la muerte con la punta de los dedos, y momentos de bucólica felicidad cuando en su última reunión suben a sus hijos a cantar al escenario. Especialmente delirantes algunos fanáticos de la banda, que aparecen hacia el final del documental, imitando, en su imágen, la caricatura de Milo (también se explica su origen) que utilizan en el arte de sus discos, y que es, precisamente, ese conocido logo del que hablabamos un poco más arriba.

En resumen, la crónica del ansia de un grupo de personas por llegar a lo máximo, con esfuerzos titánicos, con algo que empezó siendo una afición y se convirtió en un trabajo. Salvo para Aukerman, que si hizo carrera en la ciencia. De nuevo, algo que trasciende al Punk como yo lo entiendo, y se convierte en industria. Pero claro, es que de las bandas que no triunfan, ya sea en sus orígenes, o redescubiertas treinta años después, no se hacen documentales.También es cierto que All, la banda paralela que montaron sin Milo, no ha tenido nunca la misma aceptación. De hecho, a ratos, el documental parece pretender convencernos de que el público es ignorante e injusto por apreciar una banda y no la otra. Digo yo, que ni siquiera he escuchado a All, que alguna diferencia debe de haber, para semejante rechazo.

Es una historia curiosa, no más especial que la de cualquier otra banda que surja en tu entorno, aunque ambientada en otros tiempos donde hacer música, si no tenías nada mejor que hacer, ni donde caerte muerto, podía ser una forma de vida. Aunque sorprendentemente solo grabaran seis discos, en su historia. Es recomendable, sin duda, si te interesa la escena americana, y entretenida, si te interesa el Punk, en general.

Aqui, se puede ver el documental subtitulado al castellano.

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