Los Ausmuteants se cagaron y se mearon en los Gories

Ya está, ya lo he dicho. Pensaba titular esta crítica “Mick Collins: Jubilación” o “Dan Kroha sin una boa de plumas es muy aburrido sobre un escenario” o tal vez “Peg, por favor, si vais a tocar más de 20 minutos, intenta aprender OTRO ritmo de batería para que no nos durmamos”, pero me parecía demasiado cruel. Además debía mencionar a los Ausmuteants, los auténticos héroes de la noche, en el titular, ¿no? Pues eso.

La historia comienza cuando uno de los capos de 1 minuto de Gloria me propone cubrir este evento que tuvo lugar antes de ayer (viernes 5 de junio del presente año) en la sala But, antigua discoteca pija, reconvertida en sala de conciertos pija y la nueva sede del club de modernos pijos del 8 y medio. En realidad, la historia comenzó mucho antes, cuando me enteré que venían Ausmuteants y, por supuesto, marqué la fecha en rojo en el calendario. Si no, no hubiese ido a este festival, la verdad. A los Gories ya les había visto, y el resto del cartel no me podía interesar menos. Así que, ya me había comprado la entrada y con ello contaban los rateros de este webzine, o lo que quiera que sea. Estos hijos de puta no le pagan una entrada a sus reporteros, ni borrachos. Así que lo de conseguir que me pagasen una dieta, una cena al menos, fue en vano. Ni que decir tiene que conseguir invitaciones es ciencia ficción para una publicación tan poco seria y enrollada. “Seguro que nos ponen a parir y encima les pasamos gratis”, pensarían los responsables de los eventos si se les ocurriese pedir alguna vez una.

Lo cierto es que nadie del staff de 1MDG, ni la juventud afín, se digno a pisar la sala. Supongo que si hubiesen tocado en una sala más pequeña y a un precio entre 5 y 12 euros, sí que hubiese encontrado a la peña allí. Pero bueno, 16 euros por 5 grupos, cuatro de ellos extranjeros, era un precio razonable, no lo niego. Lo que pasa es que si solo te interesa una banda, sí es algo caro. Pero bueno, comparándolo con el concierto que tuvo lugar hace unas semanas en la misma sala, en la que tocaron Adicts y Exploited, la cosa pintaba bastante mejor y era bastante más económico. En este sentido me sorprendió no ver a la juventud Punk en el concierto, y ya no hablo de los de 1MDG.

Pero claro, supongo que tiene mucho más interés ver a grupos míticos del Punk, como Damned, que también tocaron en But hace poco, que gastarse los cuartos en ver en su época, en su momento, a un grupo australiano de jovencitos que es prácticamente desconocido; al menos para esos que van de que les gusta el Punk y lo único que conocen es de Lurkers para atrás.

No sé, hoy en día con internet, no es muy difícil estar informado de los nuevos grupos que salen, ¿no? Solo hay que mostrar un mínimo de interés. Pero claro, si no hay interés, ¿de qué cojones te vas a enterar? Mucho mejor ver a unas viejas glorias en Parque Jurásico 4, que se han convertido en los dinosaurios que ellos mismos juraron desalojar de los escenarios cuando se apuntaron a aquella moda que a finales de los 70 asoló la sociedad occidental y se llamó Punk.

“El Punk no era una moda” dirán los “críticos”. Veamos lo qué dice la RAE:

Moda. (Del fr. mode). 1. f. Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos, principalmente los recién introducidos.

Cielos. A quemar todos los discos de Crass!!!

Pero avancemos un poco, que me voy más por las ramas que la mona Chita.

El festival abría puertas a las 6 de la tarde. Siempre he estado a favor de que los conciertos empiecen pronto, pero esta vez no iba a llegar puntual porque los grupos que me interesaban (por una vez en la vida) tocaban los últimos. Así que estiré un poco más la siesta, para tener más energía en el pogo.

A Terrier, los primeros, ya les he visto muchas veces y no me compensaba llegar a su actuación para estar luego aburrido hasta las 21:00. Y es que ni las baladitas que prometían The Proper Ornaments (UK), ni la mierda roquera, con punteos más clásicos y previsibles que las intenciones del butanero en todos los chistes en los que aparece, de OBN III’s (USA) me llamaban la atención. Así que daba ya por bien gastados los 16 euros con ver a los dos últimos grupos. Y había muchas ganas, muchas, de ver a los Ausmuteants.

 

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Y a las 9, puntuales, allí estaban estos jovencitos australianos sobre las tablas, para empezar, sin ningún tipo de ceremonia, sin importarles en absoluto que la sala estuviese aún medio vacía, (porque la gente sale a fumar y beber latas entre grupos, y porque muchos llegaban tarde como yo), el que sin duda ha sido el concierto más interesante celebrado en esta ciudad en lo que va de año. El público fue llegando poco a poco, y en unos diez minutos la sala se llenó. No es que fuese un llenazo total, pero dado que el recinto es bastante grande, se puede decir que vino mogollón de peña. A ver a los Gories, en su inmensa mayoría, todo hay que decirlo. Pero los chavales consiguieron que la gente respondiese y que se formasen unos buenos pogos en las primeras filas. Y eso que parecía que no iba a suceder, porque en una sala tan tocha siempre cuesta más y acaba todo en pequeños conatos que se extinguen rápidamente. A no ser que toquen los Adicts, claro. Touché.

Aumuteants comenzaron, contra todo pronóstico, con Felix tried to kill himself, de su tercer y último LP. Y digo contra todo pronóstico porque tenía pinta de que iban a empezar con Hit in the head by a horse o con Freedom of information, que abren brillantemente los dos últimos discos.

 

 

El público iba entrando en la sala poco a poco y parecía que nunca iba a estallar el pogo, y no fue hasta la quinta canción, cuando abordaron el We’re Cops cuando comenzó la violencia y los fotógrafos giraron sus cámaras hacia los camorristas situados en las primeras filas. Y así fue sucediéndose el concierto, con momentos de descanso entre el respetable y con otros de pogo, que poco a poco se fue intensificando hasta conseguir que participasen un buen número de contendientes.

El reportorio, desde luego, era el propicio para el pogo. Tocaron solo canciones de las rápidas y punkies, dejando muy de lado sus temas más melódicos, con teclados pop. Y no me voy a quejar de eso, pero la verdad es que se echaron de menos temas como Stadiums o Daylight Robbery, que creo que hubiesen encajado bastante bien entre las elegidas, y que me gustan mucho y tenía ganas de oírlas en directo.

Aunque sin duda el tema que más eché en falta fue Hit in the head by a horse. Eso sí, tuve la “buena” suerte de que me golpearan en la cabeza. No fue un caballo, pero si un potro desbocado que me golpeó en pleno bailoteo con su cabeza. Gracias Mr. Ed.

 

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El repertorio fue corto (como debe ser un show Punk, no como el de Adicts, je), y lo repartieron bastante entre sus tres LPs. Tocando unos tres temas de cada disco y, luego, un puñado de temas nuevos (o desconocidos para mí), que siguieron la misma línea Punk. Además, tuvieron ocasión de cantar los cuatro, pese a que el cantante principal es solo uno de ellos. Me les imagino haciendo el set list: “Oye, la mía también la tocamos, que yo quiero cantar también”.

La cosa terminó con el esperado Freedom of information, pero creo que la tocaron algo más lento incluso que el disco. Una lástima. Pero aún así fue un cierre bastante bueno para lo que fue un concierto intenso y divertido, pese a haberse celebrado en una sala tan grande y con un escenario gigante. Supongo que en una sala más pequeña la cosa hubiese ganado bastantes enteros. Pero no me quejo. Gran concierto. Cumplieron las expectativas. Y eso que estaban muy altas.

 

 

Después les tocó el turno a los de Detroit. Ni siquiera el parón de rigor entre grupos consiguió que la gente se olvidase de lo que acababan de ver. Un grupo de jovencitos habían descargado su Punk rabioso, y a pesar de que habían sido unos “mariquitas” que usaban sintetizadores en muchos temas, habían dado una caña bestial. Tan solo el cariño que le tiene el público a la formación, y un reportorio que se sabían todos de memoria, consiguieron que no se produjese la espantada. Por supuesto, habrá mucho purista que estuvo allí sudando y aguantando como un campeón hasta el final que dirá lo contrario. Pero ¿quién está haciendo esta crítica? Pues yo.

La cuestión es que, cuando, hace ya unos años, tocaron Oblivians con los Gories en El Sol tenía muchas ganas de ver a Oblivians de nuevo; pero dieron un concierto tan gris (parece difícil con sus temas, lo sé), que después, cuando tocaron los Gories, se los comieron con patatas. Y tenía esperanzas de que Mick, Peg y Dan volviesen a demostrarme que, pasen los años que pasen, en directo son unas máquinas. Pero esta vez no pudo ser. O sea, máquinas sí son, porque se olía mucho la grasa con la que lubricaban todo el engraje de su Blues “Punk” primitivo; lo que pasa es que me olió a rancio.

Después de una bofetada de aire fresco en los morros, con la respiración aún entrecortada del pogo, no me pueden poner un plato de lentejas con tanto chorizo. No se puede servir el postre antes del que supuestamente es el plato principal.

Y es que me aburrieron mucho. Tanto es así que, cuando llevaban 40 minutos, me parecía que llevaban casi dos horas y abandoné la sala en busca de algo de aire. Aguantar el mismo ritmo de batería durante tanto tiempo me resultó demoledor, por muy bien que tocasen los instrumentos los demás. No sé, tuvieron su momento y creo que yo al menos ya me he cansado de eso. Quizás haya hecho falta este concierto para darme cuenta, pero lo cierto es que en pleno 2015 el momento es el de Ausmuteants, por mucho que hagan música de los primeros 80; pero el entusiasmo, la energía, las ganas… es algo que el público nota.

Y, vale, puede que dentro de unos años los Ausmuteants ni siquiera estén “en el rock”, y que para ellos sea una moda pasajera (no lo sabemos), mientras que los tres miembros de los Gories han consagrado su vida al RNR y que siempre estarán ahí. Pero joder, uno empieza a estar hasta los cojones de tanta reunión de grupos que si decidieron separarse sería por algo, ¿no?

No teníamos bastante con reuniones de los 70 y 80 (incluso de los 60, que es un chiste muy grande), ahora vuelven todos los de los 90… Por lo menos no están tan viejos como los Sonics (jajaja), pero joder, no sé, ¿tocáis en otras bandas también, no? Pues dejad de desenterrar momias de una puta vez.

Aunque reconozco que hace ilusión ver a grupos que para ti lo eran todo en los 90 y darse un baño de revival de vez en cuando (soy el primero que iré de cabeza a ver a Bum dentro de un mes), pero creo que, siendo honestos, lo único que hacen estas reuniones es sombra sobre los grupos de ahora, los que de verdad están en su momento y a los que hay que apoyar, pero muchas veces no se apoya porque se nos cae la baba con poder ver a nuestros ídolos de juventud o aquel grupo supermítico que nunca llegamos a ver…

Pues eso. Ausmuteants!!! Háganse un favor.

El Mugretone Oscuro.

Un comentario

  1. amén a todo… todo lo que sacaron me parece oro pero aun habra quien sude de ellos… la peña que se pasa el dia con lo de que el punk no ye moda y al mismo tiempo solo tragan su rollo… les pueden dar, se estan perdiendo una generacion de la hostia

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