Flash – S/T (La Vida Es Un Mus 2022)

 

En nuestras manos un producto de este año, fresco aún, presente y palpitante, cosa rara últimamente. Creo que como ha sido también uno de los conciertos que hemos visto hace poco, quizá apetece compartirlo. ¿Estaremos volviendo a lo tangible?¿Pocas bandas pero recuerdos que perduren? Algo seguro es que las seis mil ediciones anuales de bandas recónditas que tengo pocas probabilidades de ver en vivo, y los proyectos paralelos de sus inquiet@s componentes, me pasan por detrás. Lo local me demanda poco en estos días, lo de extramuros ni me roza.

Compases lunáticos a velocidad y media, torciendo el Punk Rock hasta el chorreo de melodías desquiciadas. Doble porción de guitarras dibujando figuras en los huecos. A veces, muy pasadas para mi tope rockero, otras con la dosis de juego que me gusta. La voz, quebrada, autoritaria y deformada, regurgita una lírica resentida que mira alredor para contemplar residuos tóxicos y demasiados huesos rotos. Levantarse, seguir andando. Ya no nos(se) salva ni El Punk.

En directo oímos destellos a ruido británico ochentero, duro pero bailable. Juanma (voz, Hell Division, skate y viajante con más kilómetros que las alpargatas del Correcaminos) me dirigió el foco al donostiarra sonido Buenavista fundido con los chirridos desquiciados, festivos y ruidistas que vienen de la estepa yanki y tanto encandilan a la juventud de hoy. El reto es considerable pero quién soy yo para desmentirlo. El disco entra bien y mantiene un equilibrio tenso que nutre y reconforta. Mi favorita puede ser ‘bihotz gorrak’ (¿corazones sordos?) con esa guitarra revoltosa entre golpes frenéticos de caja. Aplastante.

Edición a cargo de La Vida Es Un Mus, sinónimo de carril de aceleración hacia la popularidad y el sold out. Tú mismo. No estoy seguro de quién está al cargo del arte pero bien, muy misterioso y masónico. Hachas y serpientes, folklore local a tope para jóvenes inconformistas. Incluye un póster tamaño din A2 con las jetas de los integrantes para que lo cuelgues en tu habitación y vuelvas a la fase adolescente que tanto te costó superar (si es que eres uno de esos afortunados que lo ha conseguido).

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