El pasado jueves tuvimos la oportunidad de asistir a un concierto en una de esas cuevas subterráneas que dan a Madrid fama de infierno hueco, y hacen temer a sus ciudadanos con un desplome total del suelo que hay bajo sus pies. Entorno a las 22h. comenzaron Pseudoparque con sus melodías ludico-festivas, sus rarezas sonoras y sus gritos desestabilizadores. La gente habla de Post-Punk, pero creo que el término ha quedado sobrepasado. Bailable y caótico a tiempos iguales se disfruta agusto como hilo musical. Música ambiente para reuniones selectas de sociedad o hacer las tareas del hogar. Si hubieran ido a la escuela de arte, hoy se estarían forjando un carrera. No obstante, el pequeño aforo y la disposición poco diáfana del espacio dificultaron un poco atenderles como se merecían. Dejaremos la muestra de los cuerpos del delito para otra ocasión.
Sin mucha pausa Las cruces se alinean en sus posiciones de salida.






