Un impulso de emocionada curiosidad despertó dentro de mi hace unos días, cuando escuché las tonadas Pop de «Labor of Love», el último disco de The Connection. El sentimiento de haber descubierto una banda actual con la pizca de estilo que hace falta para dar un concierto que mereciese la pena recordar. Y eso mismo me empujó la otra noche hasta el Rock Palace, a pesar de que, por diversas circunstancias, ninguno de mis amigos estaba disponible para acompañarme. Por otra parte, quita algo de importancia a esto último, el hecho de encontrarte en tu propia ciudad y la certeza de que hallarás un previsible número de caras conocidas entre el público asistente. Pues aunque la entrada fue bastante alta, fueron menos de las esperadas. Queda claro, una vez más, que el R’n’R y sus derivados no interesan a mucha gente por debajo de los cuarenta.

Contrapronóstico empezaron The Connection. La verdad es que, como no lo esperaba y tampoco conocía bien la banda, tardé un poco en darme cuenta de a quién estaba viendo. Al ver a Kurt Baker con ellos pensé que eran The New Trocaderos. Luego me dijeron que sustituía a uno de los miembros originales y que tampoco había venido un teclista que suelen traer y da un royo mucho más fresco y vivo a los temas. Lástima. Ellos comenzaron algo parados, pero a los cuatro temas y gracias a la complicidad que hubia con el público, se pusieron rápidamente al nivel esperado. Los temas en directo se aceleran más que la grabación y tiran más al Garage guitarrero y vacilón que al PowerPop de melodías sesenteras. Supongo que es de esperar en una banda que abarca varios registros que van desde el Punk Rock al Pub Rock, pasado todo por un filtro de cadencia Pop y mucha actitud sobre el escenario. Eso si, para mi Circles es el hit indiscutible. Y en general son sus temas más edulcorados los que me flipan más. Terminaron con el First Time de The Boys que tienen grabado en un Ep de hace un par de años.

A continuación se suben The New Trocaderos al escenario, que para mi sorpresa, son los mismos cuatro músicos. La diferencia esta en que Baker toma control de las voces en lugar de Brad Marino. Cuando esto pasa es inevitable que se te quede un poco cara de gilipollas. En fin, desvantajas ( o no) de no investigar mucho la historia de las bandas que vas a ver. Como es natural el ambiente ya estaba creado, y ellos entregados al máximo. Si soy sincero no aprecié grandes cambios en el estilo de una banda y otra. Quizá un poco más inspirados por los Ramones estos últimos, lo cual tampoco es decir mucho, ya que las melodías sesenteras estaban bien presentes en los de Queens. Y la aparicion de una armónica en otros temas, si acaso. No mucho más que añadir. Al final resultó como si hubieran hecho la pausa que se hace en el teatro entre actos de la misma obra. Los grupos con influencias tan heterogéneas y a los que me cuesta asociar referencias (posiblemente por mi falta de conocimiento, no lo niego) se me hacen algo carentes de personalidad propia.
En resumen un concierto correcto, divertido, que no me voló la cabeza como esperaba, pero que si me hizo disfrutar de una hora y media de saltos y energía. Supongo que al ejercito de powerpoperos cubateros de edad avanzada que se dieron cita les tocó un poco más la fibra, y lo demostraron con su habitual derroche de estática, brazos cruzados o suaves movimientos de cabeza.