Seguro que a muchos de vosotros, imbuidos como estáis en el ajetreado ritmo de la vida moderna, se os ha olvidado. Pero no preocuparse, 1 Minuto de Gloria siempre esta ojo avizor, cual calendario religioso, a los grande aniversarios y fechas señaladas. En el caso que nos ocupa más que en ningún otro, porque este verano, concretamente en Agosto, se van a cumplir 40 añazos ya que un joven John Lydon, acompañado por su amigo John Gray, bajó al pub Roebuck en King’s Road, donde le esperaban Glen Matlock, Steve Jones, Paul Cook y el inefable Malcolm McLaren para que tuviese lugar la audición más famosa y bizarra de la historia de la música popular.
Ese fue el pistolazo (chiste malo de rigor) de salida para el breve y espectacular recorrido del mejor grupo que en el mundo ha sido.
Pero no os preocupéis, a pesar del fervor religioso que sentimos por los Pistols somos conscientes que todo el mundo (se cree que) sabe las andanzas de nuestros amigos de Finsbury Park, así que no os aburriremos con episodios cronológicos, anécdotas chuscas de los Pistols, como por ejemplo, 1-2-3 responda otra vez: la entrevista de Bill Grundy, la barquita pequeñita del Thames, el Jubileo y sus cosas, si mató o no Sid a su novia, quien escribió Anarchy in the UK, si eran músicos de estudio los que tocaron el Never Mind The Bollocks, cuantos conciertos cancelaron, cuantas grupis pegaron a Sid por la gira americana, etc.
Pero hemos dicho que no serán de los Pistols, no que no vaya a haber anécdotas chuscas y episodios cronológicos. No os vais a librar. Desde ésta, su página de Punk favorita, vamos a abrir nuestro corazón. Vamos a superar el miedo al escarnio público. En definitiva vamos a contar episodios juveniles relacionados con el cuarteto infernal. Sean ustedes magnánimos y tengan en cuenta que si a día de hoy somos inmaduros, chapuceros e ingenuos, pues imagínense con la edad del pavo; al fin y al cabo solo se trata de un humilde (y esperemos que anónimo porque si esto llegase a los oídos de Mr. Rotten sus carcajadas e insultos, suponemos, no se harían de rogar) homenaje al grupo, que para bien o para mal, que por suerte o por desgracia, más nos ha influido, no solo en lo estrictamente musical, sino también para convertirnos en las personas de provecho que somos.
Y todo esto con la esperanza de que alguien por fin, en este miserable país, escriba una biografía que les haga justicia y borre del recuerdo las infames historias, que por lo menos a mí, me ha tocado leer; Dani Mortaja, ¡¡¡¿a que estas esperando?!!!
LA CAMISETA DE SID VICIOUS
Inconscientemente todo comenzó en el verano del 89. Era un puto mico con mucha tontería en la cabeza y estaba pasando por mi etapa de cosmopolita gilipollas, razón por la cual me empeñaba en no disfrutar de mis vacaciones en mi pueblin de Cantabria. Lo cual, dicho sea de paso, es complicado. Pero ahí estaba mi primo Eric para ayudarme a renegar de la vida rural.
Yo podría ser un niñato que quería ser mayor y bailar con Paula Abdul, pero lo de mi primo era peor ya que estaba con la típica crisis existencial de la edad del pavo, que le había llevado de la más absurda fascinación por los USA y todo lo pijo-consumista, característico de Pozuelo, a convertirse en un punkarra anti-sistema; en sus dos facetas renegaba de mi pueblo, sin embargo en esta nueva faceta estaba más majete conmigo. El tío se pasaba las horas muertas en el desván de la casa escuchando cintas de Rock Radical Vasco. Sip, en ese verano escuche a todos los grandes: Eskorbuto, RIP, Kortatu, Zer-Bizio?, La Polla Records, Tijuana in Blue. En aquel momento la cosa no caló mucho en mi mente de crío que aún jugaba con los clicks y los Masters del Universo. No obstante se me quedó grabada la imagen de una camiseta que solía llevar, con un señor un tanto feo y los pelos de punta, mientras posaba para el departamento de policía de New York. Se trataba de Sid Vicious y mi primo me decía que era un punki muy famoso que se lío a tiros en la calle y que por eso fue a la cárcel. ¿Mi reacción? Pues la previsible mezcla de admiración, miedo, asco y una incomprensible fascinación. Mi querido primo Eric me contó otras fantasiosas batallitas referentes a Kortatu y RIP, pero esta vez os dejaremos con las ganas hasta otra entrega. Y os aseguro que son brillantes a la vez que bizarras.
Al final el verano pasó en un suspiro, y volví a la city con la cabeza llena de (Larry) Birds, por lo que olvide las tonterías punkiles de mi primo, máxime cuando el terremoto Tele 5 estaba punto de suceder con el Pressing Catch como punta de lanza. Pero esta claro, buena memoria tengo, ya que no he olvidado la puñetera camiseta de marras como mi primera noticia acerca de la existencia de un grupo Punk llamado los Sex Pistols, y que contaba en sus filas con un tío tan radical que se dedicaba a pegar tiros por la calle; ayssssss, bendita inocencia!!!!!.
En cuanto a mi buen primo Eric, la tontería le duró un par de años. Después de un viaje a los putos Estados Unidos encontró de nuevo la luz del más salvaje neo-liberalismo, volvió a tener como referentes a Ronald Reagan y a Michael Jordan, y pasó a dedicarse a los deportes extremos y al Kick Boxing. O algo de eso de pegar puñetacitos y pataditas.
En la actualidad es piloto en Tailandia, pasa olímpicamente de los Sex Pistols y no se puede decir que le vayan las cosas mal. Me imagino que su camiseta de Sid terminaría rota en algún concierto en el Canci, o la sala Sukursal, de la Polla Records, Parabellum, Barricada o similar. Nunca le pregunté por ella.
Siempre es buena ocasión para poner este video:
LEÑA AL MONO QUE ES DE GOMA
Año 1993, un año muy especial, y no, no por la puta resaca olímpica. Aunque esa fue la primera vez que visite la Ciudad Condal. Servidor siempre haciendo las cosas a destiempo.
Pero vayamos al grano, en este caso una espinilla pajera, ya que era lo que tocaba por aquellos tiempos. Uno vivía, feliz y despreocupado, una versión castiza de las aventuras de Tom Sawyer en una maravillosa ciudad riojana a orillas del Ebro. Hablamos de Haro. Por aquellos tiempos andaba muy motivado con repetir 1 de BUP, la Super Nintendo y sobretodo el Pressing Catch (de ahí mi visita a Barcelona), pero de repente mi agreste y desenfadada adolescencia se fue a tomar por culo. Me tocaba volver a la puta capital del estado opresor, aunque el mazazo definitivo vino cuando quitaron el Pressing Catch de la parrilla… puto Valerio Lazaroff!!!! No se debe de jugar así con la ilusión de la gente!!! Ese día me quede sin referentes. Un vacío existencial y un nihilismo profundo se apodero de mi persona, pero hete tú aquí que se presento un ángel de la guarda en forma de precursor del bakalao. Me explico: por aquellos tiempos existía un programa horroroso en Antena 3, que como siempre en estos casos intentaba copiar un formato de otro programa igual de horroroso de T5; hablamos de Leña al Mono Que Es de Goma, programa guay, fiestero, en la onda y demás, presentado a pachas por impresentables varios como Tony Aguilar y Melanie Olivares. Otro de los presentadores era la futura estrella de la canción juvenil Paco Pil, de quien tiempo después me enteré que lo de PIL venía por el grupo de Mr. Lydon. Pues bien, una mañana mientas miraba amargado dicho programa, en una sección que tenían sobre grupos históricos, el autor de Johnny Techno-Ska vino a presentarnos a los Sex Pistols, dándonos detalles de sus escándalos, de lo mucho que odiaban a las estrellas del Rock, de lo feos y radicales que eran y en definitiva contándonos su intensa, a la par que fugaz, trayectoria. A servidor se le pusieron los ojos como platos y ya tenía villanos a los que sustituir ante la perdida de los del Wrestling, para iniciar el duro camino del Punk. Ya no hubo vuelta atrás.
Gracias Paco Pil, o no….
Pasar de lo primero a lo segundo.. Normal que uno acabe abrazando el nihilismo y se vuelva anti-todo:
LA JIPI DE MI CLASE. LOS CLASH VS SEX PISTOLS
Todo el mundo sabe que las mentes pensantes de esta, su página amiga, estamos comparando a los chicos de Mc Laren con todo bicho viviente, pero entre todas las banda es inevitable que surja la más enconada comparación con los Clash, donde los pobres siempre llevan las de perder, en lo que a nosotros respecta. Y cuanto más seria es la defensa de los de la Westway, con más ira y determinación contraataca el menda. Evidentemente todo esto tiene una explicación de carácter psicológico en la que hay que mirar al pasado. Esta vez a un instituto del barrio de la Concepción. Uno iba dando sus primeros pasos en esto del Punk, y claro, no voy a negar que no hubiese cacao mental e ignorancia por mi parte. De esta ingenuidad se aprovechaba la puta jipi de mi clase. La única que había en todo el insti, en los tiempos en los que ser nazi o bakala-nacional era lo más que se llevaba. En fin, en vez de hacer piña y ser solidaria, la tipa está iba de marisabidilla, soltando el puto discurso ese del Rock´n´roll Swindle. Ya sabéis: que si los Pistols no eran más que un invento comercial, unos pasteleros, unos descerebrados inútiles, y que claro, el auténtico grupo de Punk, los más honestos, los más anti-sistema eran los Clash, quienes nos habían legado el disco Punk definitivo, que no era otro que el London Calling. Por si fuera poco, mi compi compartía pupitre con la chica del insti que me gustaba, así que cada vez que dejaba en evidencia a mis amados Pistols, me dejaba en evidencia a mí ante mi amor primaveral, por lo que mi ira y odio a todos los sucios jipis crecía y crecia. Por si fuera poco, casi siempre iba con una puta camiseta del capullo de Jim Morrison o de la borracha de Janis Joplin, y era de las que decía que los Rolling son mejores que los Bitels porque son más canallitas. En fin, convendréis conmigo en que era un tanto repulsiva.
Al final mi compi Durha (así se llamaba) se cambió de instituto para estudiar letras puras, ya que quería ser arqueóloga, y en mi humilde insti no se estudiaba griego.
En fin, esa chica de nombre raro como yo, tenía la cualidad de enervarme, defecto que obviamente he heredado, así que ya sabéis, reconoced que los Pistols son mejores que los Clash o morid entre terribles sufrimientos. Y moraleja: Never Trust a Hippie.
¿Se supone que esto es lo mejor del Punk? ¡¡Anda Ya..!!
VACACIONES EN EL PUEBLO Y LEYENDAS RURALES
Si ustedes recuerdan, la traumática desaparición del Pressing Catch de su pantalla amiga fue el acicate para terminar en brazos del Punk. No solo en mi caso, sino también en los de la cuadrilla de mi pueblo. Aunque probablemente estos estuviesen motivados por cosas típicas de la edad que consisten en ver más atractivo en ponerse hasta las cejas de alcohol y drogas que seguir las aventuras de unos señores en ropa interior, para así poder llamar la atención, ya fuese de viejos para molestarles o de chicas, en principio para intentar ligar, y al comprobar que no solían hacer mucho caso al sector punkil, pues molestarlas también. El caso es que generación tras generación, el virus del Punk Agropecuario cala en las nuevas generaciones de riojanos, y la mía no iba a ser menos. A pesar de haber emigrado a los Madriles, cada vez que podía subía raudo y veloz a Haro a ponerme ciego a Cerveza, Calimocho, Zurra Capote o lo que fuese y venga a escuchar Punk Británico y RRV. Como podéis suponer los iconos y el ejemplo a seguir, sobretodo al principio, eran los Sex Pistols. Y en este punto, joven veinteañero que domina las nuevas tecnologías y habita en un mundo expuesto a un exceso de información, hay que ponerse en un contexto en el cual apenas llegan noticias sobre el Punk. Una época en la que era todo un acontecimiento el que sacaran un video del God Save the Queen en los 40 principales, y que se comentaba hasta la saciedad en el parque de botellón. O que tus padres te llamasen a ver el telediario porque iban a hablar dos minutos sobre el Punk 77 al finalizar la edición.
Esto tenía sus cosas malas y también las buenas: cada vez que recibías algo de información era un tesoro valioso, una sorpresa cojonuda y la exprimías hasta que llegaba un nuevo envío; otra cosa positiva es que la imposibilidad de contrastar la información hacía que se estimulase la imaginación hasta límites insospechados; esto supongo que ocurriría en todas partes. En mi pueblo, el papel de “bolas” oficial lo iba a tener un amiguete, que con la cosa de haber estado en Londres un par de días o algo así, nos contaba las más espectaculares noticias sobre los Sex Pistols. Una que no se me olvidará jamás es la que versaba sobre los Punkis Muertos; estos, en teoría, eran un grupos de Punkis muy PUNKIS, así con mayúsculas, que hicieron la solemne promesa de no ducharse hasta que los Sex Pistols se volvieran a juntar, por lo que debían de estar llenos de mugre. Lo cual nos parecía muy radical, no muy estúpido. Me imagino que en el año 96 se debieron fundir una buena pasta en champú. Lo mismo ahora resulta que esa historia es verdad y me tengo que tragar mis palabras, porque no me he molestado en buscar por las redes de Dios, pero a día de hoy sigo sin haber oído nada de estos punkis muertos, más allá de la canción de MCD, que decía que NO a que los punkis murieran.
En el pueblo también hizo estragos la peli de The Great Rock´n´roll Swindle y la manía de imitar a Sid Vicious. Al igual que cuando a los críos les da por imitar a Spiderman o Superman, pues aquí todo el mundo a imitar la famosa escena de Sid en calzoncillos rompiendo botellines. Me sé de uno que se le fue la mano con eso y termino rajándose, tras haber mezclado calimocho con alcohol de botiquín. También solía ser normal hacer el burro con la moto aunque lo más normal fuese hacerlo con la bici. Pero bueno, la cosa no llegó a mayores. A nadie se le ocurrió coger una escopeta de caza y liarse a tiros en las fiestas con los abuelos mientras estos bailaban Paquito, el chocolatero.
Leyendas absolutas del Punk agropecuario y héroes indiscutibles en mi pueblo:
COMO PASAR DE LAS CIGÜEÑAS AL MC DONALDS
La vida esta llena de decepciones, que le vamos a hacer. Es así, y mejor que sea así. Si todo va de cara, si todo es perfecto, al final nos pasa como al coleccionista de arte de Cándido (¿qué quién es? Léanse el puto libro, capullos!!!) Pero claro, algunas decepciones son más grandes que otras y las que son a última hora y por sorpresa, pues que os voy a contar….
Ni más ni menos es lo que nos sucedió a unos cuantos en aquel ya lejano año de 1996. De repente el Punk de la mano de Green Day y Offspring se había puesto de moda, había noticias, reportajes, conciertos, de todo, relacionado con el Punk y hete tú que salto la gran noticia. Lo que parecía imposible se iba a hacer realidad, por fin íbamos a ver a nuestros anti-héroes favoritos y encima acrecentado su leyenda, riéndose de todo y de todos, y generando una gran polémica; los Pistols se volvían a juntar para conseguir el dinero que ellos decían merecer. Además venían con la formación original y el telonero iba a ser el gran Manolo Kabezabolo, la gran (anti) estrella Punk patria de los 90, le pese a quien le pese.
Se habían alineado los astros para proporcionarnos una velada épica, de esas que se repiten hasta la saciedad cuando uno empieza a chochear. Y eso a pesar de que la entrada no era precisamente barata, 3.500 pesetas de la época, dinero que pedí prestado a mi buen amigo Mongo por miedo a quedarme sin entrada (ay, que iluso). Poco a poco se iba acercando el gran momento, los nervios y preparativos iban en aumento. Pero malos presagios iba a aparecer en el panorama. Primero al cambiar el Palacio de los Deportes, que me pillaba cerquita de casa y donde se podía hacer un fantástico botellón en el parque de la Fuente del Berro, a la mierda infecta de la Riviera, a orillas del pestilente Manzanares. Pero bueno, eso no nos quitó la ilusión. Una semana haciendo preparativos, pensando en la dieta alcohólica y drogil. La cosa se trataba de quedar muy por la mañana y embarcarnos en una maratón etílica hasta el fin del concierto. La cosa prometía. Pero el varapalo llegó. Llamada de teléfono, el concierto de los Pistols se ha suspendido el mismo día. Incredulidad es la primera reacción, en breve llega la amarga confirmación, los rumores y llamadas se suceden. Sé de un amigo que se enteró viendo el «Que Me dices» de Belinda Washington y el Chapis. Eso sí que tuvo que ser duro… ¡¡¡no se lo deseo ni al peor de mis enemigos!!!
En fin, tras cagarnos en todo lo cagable, directos al Madrid Rock, a que nos devolviesen el importe de la entrada, cosa de la que hoy me arrepiento. De hecho tenía la entrada número 3, que seguro que hoy costaría dinero entre los pajeros coleccionistas. El caso es que al llegar allí, nos encontramos con las típicas escenas de histeria y cabreo, aumentado en el caso de quienes habían venido de fuera y de repente tenían que pasarse ¿un martes? dando voltios por Madrid. Recuerdo el caso de un andaluz descorazonado, el pobre, que al quedarse sin concierto se había quedado tirado. Casos como ese hubo a patadas. Los de la Riviera eran más cabrones que Valerio Lazaroff.
Nosotros a casa no nos fuimos, desde luego, pero en vez de meternos en un bar, hicimos lo que era típico en la época, ahogar las penas en alcohol en un parque (en nuestro caso, solía tratarse de la celebérrima Quinta de los Molinos), y así termine unos de los días más decepcionantes de la década de los 90. Me quede dormido en el césped después de vomitar unas cuantas veces, y me volví a casa andando como solo los auténticos punkis sabemos hacer: dando asco y pena a los viandantes.
Al final, con la pasta que nos devolvieron decidimos conformarnos con un sucedáneo. Fuimos al Vallekas Rock que se celebraba en un estadio de furgol, allí en ese barrio donde Cristo perdió el sombrero, llamado Santa Eugenia. Tragando polvo como cabrones vimos a Reincidentes, Boicot, Matando Gratix y los Porretas. Cuando termino el recital nos costó un cojón llegar al barrio. Ni búhos, ni metros, ni nada había por esos lares. Al día siguiente también había concierto en el mismo sitio pero pasamos del tema porque tocaban Extremoduro, creo que Platero y Tú y Medina Azahara, a los que ya por entonces todos considerábamos unas putas mierdas de grupos, por lo que nos perdimos a Ska-P cuando empezaban abriendo estos festivales.
Pues eso, de poder degustar un gran menú a terminar comiendo cuatro guarrerías.
Manolo y Animales Muertos, eso si que es un «Dream Team». ¡Lo que nos perdimos!
Y aquí terminamos el repaso cronológico a esas etapas vergonzantes de la vida adolescente y juvenil en las que, de algún modo, nuestros bien-queridos Pistols son protagonistas indirectos de todas estas barrabasadas. Para que luego digan que cualquier tiempo pasado fue mejor.
A modo de epílogo decir que el ansiado final feliz de cada historia llegó, primero viendo a Glen Matlock junto a cuatro gatos en el Gruta 77 y, definitivamente, pudiendo ver a los Sex Pistols en la mierda esa del Summercase, rodeado de buenos amigos, dando ellos un conciertón y con un pogazo brutal. Todo como debe de ser. Aunque tratándose de Punk y los Pistols, la cosa disto de ser perfecta: mucho polvo, mucha gente, y muchos de ellos, idiotas festivaleros de esos.
Aún así un día inolvidable e irrepetible que no merece ser tratado en demasía por aquí, ya que al fin y al cabo ustedes saben tanto como yo que las historias de derrotas y fracasos son mucho más divertidas que las de felicidad y triunfo. Si no lo creen así es que se han confundido de sitio, de música y seguramente de aficiones, empleos y religión. Corran, corran a hacerse un psicoanálisis!!!! Aún están a tiempo de encontrar la felicidad, de orientar sus vidas de un modo productivo y positivo, almas de cántaro!!!!!!!
Pd: Desde aquí se han contando miserias a cuenta de los Pistols pero estamos seguros que habrá un sinfín de anécdotas parecidas, mejores o deliciosas de cada uno de vosotros que tendrán que ver con los Clash, Ramones, Dead Kennedys, Über, Non Servium o cualquiera que sea vuestro grupo favorito. ¿Aceptáis el reto o sois unos gallinas?
RavishingPunk.