A Band Called Death (2012)

No os confundáis, amantes de la noche fría y urbana. Aunque quede así como muy de intelectual, es nuestro afán por evitar las inclemencias invernales, lo que nos lleva a tragarnos documental tras documental, al abrigo del hogar. Eso, un poco de curiosidad también, y el venir aquí a dar nuestro parecer, claro.

 

a_band_called_death
Los origenes de todo

 

Aunque a mí me gusta la historia, y respeto a (algunos) que se encargan de trasmitirla, tengo que admitir que en el mundo existe una necesidad enfermiza de encontrar el origen de las cosas, tirar del hilo, entiendo, que para dotarlas de una razón para existir. O por simple aburrimiento, quizá. El Punk, pese a ser en sí mismo un contenido, no escapa de esta tendencia, y así, asistimos impertérritos a la desgarradora lucha de unas cuantas almas por encontrar la “primera” banda de Punk. Y de ahí, a subtitular este documental como -Antes del Punk, estaban Death- o el explícito -Antes que los Pistols o Ramones-, hay solo una reunión de cerebros fantasiosos. Claro, y también estaban Stooges y la Velvet, y un montón de otras bandas del llamado ProtoPunk, una etiqueta que, especulando un poco, debió inventarse cuando Pistols, Ramones y cía, se pasaron por la piedra a todas esas bandas pretenciosas y aburridas, pero que necesitaba seguir vendiendo discos. Todo esto lo digo, principalmente, porque en un disco de siete temas (y sus nada despreciables 26 minutos!) hay un par o tres que molan, entre otros que, a duras penas, se acercan a nada que suene Punk. Lo curioso del documental es que continuamente suenan esos temas, y no se si, intencionadamente, se olvidan del resto, que son mucho más pesados. Me alegran estos ejercicios de recuperación historico-musical, pero por donde me cuesta más pasar es por el aro de que lo vendan como Punk. No, no era Punk, porque el Punk es más que un puñado de acordes, pero no pasa nada. Era igualmente bueno (o no, según gustos), y sin necesidad de encajarlo en un concepto cerrado.

 

 

Dicho esto, esta historia es bien interesante, y me alegro que haya sido sacada a la luz. Porque se sitúa en Detroit, esa ciudad fantasma infestada de enormes músicos negros, porque pone de manifiesto las maldades de la industria musical, porque pone en su lugar a gente que se lo merece, me recuerda un poco al celebérrimo documental “Searching For Sugar Man”, que hubo un tiempo que todo dios había visto, y que era tema de conversación en cualquier tertulia musical que se preciase. En 1973 tres hermanos, Bobby, Dannis y David Hackney, quieren hacer una banda de Rock, motivados por Alice Cooper y The Who, sin aparente preocupación por el hecho de que su raza esta destinada al Soul y otros ritmos más cálidos, promovidos por Motown y demás sellos locales. No contentos con desesperar a sus vecinos a base de ensayos, y tras la trágica muerte de su padre, deciden llamar a su banda con el amigable nombre de “Muerte”. El rechazo hecho carne se cebó en ellos, allá donde intentaron labrarse un porvenir. No quiero destripar más, pero añadiré que, al margen del Rock, hay una historia familiar cargada de misticismo y espiritualidad, ciertamente inesperada, que dota a la historia de cierto halo misterioso. Como película, esta bastante bien ambientada, con imágenes de época y grabaciones de ultratumba, y una historia bien dirigida por dos de los hermanos, que consiguen trasladarte rápidamente a las eventualidades que les van sucediendo, durante su breve carrera musical. Como suele ocurrir, para legitimar, hay participación de algunos personajes “ de talla” como Henry Rollings, Kid Row, o el mismísimo Elijah Wood (Ejem, Frodo, para entendernos) lanzando alabanzas como un padrino borracho en una boda. Innecesario pero asumible.

 

 

Hasta aquí la primera parte del documental. La segunda, mucho más prosaica, trata de cómo periodistas aficionados y bloggers musicales norteamericanos, mediante las siempre astutas maniobras de los coleccionistas de discos (Entre ellos el propio Jello Biafra, metido un poco con calzador, todo hay que decirlo, recuerden famoso=bueno) empiezan a desenterrar el cadáver. Evidentemente el interés corre como la pólvora tras el hallazgo, y la pesada maquinaria de la industria empieza su movimiento. Primero llegan las reediciones, luego una banda secuela formada por los vástagos de los protagonistas, y finalmente, la esperada reunión para regocijo de románticos y amantes del pasado.

Como decía, una historia fabulosa, muy competentemente narrada, y del interés de cualquiera que le guste el coleccionismo y las rarezas musicales. El visionado puede realizarse aquí.

2 Comentarios

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.