
Este single no es ninguna novedad. De hecho cumple dos años estos días, pero no podemos dejar de comentar un disco con una portada que representa a Andre El Gigante bajo el sobaco de Hulk Hogan. Parece mentira que sea yo y no Ravishing Punk, nuestro redactor experto en Pressing Catch y otras luchas teatralizadas, el que posea este disco, pero así es el destino cruel. Aprovecho este momento que me brindo a mí mismo para agradecer a Alfredo el regalo de un buen puñado de discos para todos los que escribimos periódicamente en este blog, ahora que Discos Regresivos ha pasado definitivamente a la historia.
La cara A, a cargo de Secret Prostitutes, son tres temas fugaces, desquiciados, caóticos y de melodías en bucle que aturden la cabeza. No excesivamente veloces (el segundo más), pero suficientemente agitados como para sacarte de tu estado de apatía habitual. Como es costumbre estan cantados por el bateria de origen indonesio, con todo lo misterioso que aporta el uso de esa lengua. El primer tema, Dikebiri, significa castrado. El segundo se traduce como ataque de perros agresivos. El tercero termina con un acople que parece la llamada del afilador, lo que le da un encantador toque nostálgico. Este trio, afincado en Houston, ha dejado ya de existir aunque no descartan alguna reunión puntual.
En la segunda cara hay un tema de Crooked Bangs, todavía en activo. No conocía esta banda y he de decir que este tema a modo de presentación, me ha gustado bastante. Tengo que escuchar sin falta nuevos trabajos ya editados. También estan afincados en Texas, aunque este tema esta cantada en francés. Leda Celeste Ginestra, tiene una voz profunda y totalmente cautivadora que te transporta a los orígenes del Punk más setentero y molón. El comienzo es pausado y melancólico, pero al poco se acelera y se vuelve pura rabia.
Un disco que no deberiais dudar en conseguir, en la medida de vuestras posibilidades. Para la contrapotada han elegido un mapa de EE.UU. con los nombres de los estados colocados al azar. Es un buen pasatiempo el intentar ponerlos todos en orden, mientras escuchas la música. Apuesto a que no lo consigue ni siquiera un norteamericano.