Hacía tiempo que Hillside Strangler no daba señales de vida pero la espera ha merecido la pena. Aunque es cierto que bajo la etiqueta de Punk para grandes minorias, sus referencias no estan muy relacionadas unas con otras, ésta parece alejarse un poco más de sus habituales apuestas, más desquiciadas y coloridas, y unirse a la tendencia actual por la oscuridad que todo lo va cubriendo. Y aunque Mugretone, el editor, ya se ha encargado de describir el producto con fines claramente comerciales, y hacerse con todo vuestro dinero para gastárselo en cosas de plástico que decoren la alta torre de marfil en la que habita, nosotros vamos a darle una pequeña vuelta para intentar acercaos la verdad desde un punto equidistante. Y tampoco hay nada mejor que hacer en esta mañana de sábado, realmente.
En realidad no es que las melodías sean lentas ni las letras canten al fin de la vida (O si, no sabemos, porque es casi imposible entender algo de esa voz perturbadora), si no que la propia grabación suena como si estuviera hecha en un agujero profundo y estrecho. En un pozo cubierto de musgo fresco y amortiguador acústico. Las comparaciones con Desechables están ya muy sobadas en estos días, y no creo que sirvan a nadie para hacerse una idea clara de cómo suena esta banda, pero si a esa imagen le introduces una bajada en el promedio de calidad del sonido, rozando los límites de desfachatez que un hombre serio y formal puede aguantar, queda algo envuelto en un aura especial. Algo que mola mucho y, a ratos, es incluso bailable. Son nueve temas kamikazes de velocidad irregular con los que puedes saltar, invocar dioses vengativos y volar por los aires. La esencia de un mundo turbio que esta ansioso, esperando con el puñal en la boca para saltar la valla del buen gusto adquirido y tedioso tras la que os protegéis. Mi tema favorito es Little Bells porque auna la resonancia repetitiva con gritos reverberadores e hipnóticos y una melodía amable.
El arte es muy adecuado a ese perfil, mitad misterio, mitad terror, que nos llega de la cultura islámica y que encaja muy bien con el sonido. Si no habéis estado en algún país de mayoría musulmana practicante puede ser dificil imaginar la inquietud que transmiten los cantos pesados y machacones que salen de las mezquitas en horas de oración. Esa tensión esta presente en este disco y puede ser tuya por muy poco. Fuentes bien informadas nos dicen que muy pronto se producirá una visita de esta avanzadilla del Islam acultural en la maravillosa capital del Reino. Estén atentos a nosotros.