Despedida macabra entre risas y locura. Eso fue lo que pudimos presenciar ayer en la sala Wurlitzer ballroom de Madrid, además de ser gratis, este concierto suponía el fin de una joven banda que prometía muchísimo, una auténtica pena, pero sus motivos tendran. Decir que al final King Cayman no pudo tocar por cosas de tiempo y tal…

Abrieron la velada Sagrada Familia, renovada formación de punk con tintes oscuros que, si no llevan mucho, se nota que son colegas y que se lo pasan de puta madre tocando. Formados por Arturo (Gruppo Paralelo) al bajo, Jehf (Pentrazion Sorpressa) a la guitarra, Carlos (Sex Führers) a la bateria y El Monje (Larsen) a la voz. Pudimos comprobar que la cosa funciona, desprenden un buen rollo y un cachondeo estupendo, aunque fallen notas y te metan chistes malos entre canción y canción no corta el ritmo del bolo. El Monje volvía a cantar y a estar al frente de un grupo de punk y la verdad es que era algo llamativo, pero nos sorprendió con una actitud fantástica y con una voz mongolide cojonuda, además de estar ataviado con su túnica del convento no paró de moverse y berrear, como diría aquella canción, no estoy ni gordo ni calvo, que se jodan los demás. Temas como «Odiar» o «Dejad de hablar» temazo donde los haya contra la absurda idea de recordar y adorar a todo ser (ahora) muerto y algún tema nuevo como «Cabezas vacías» excelente bomba de mala leche (y necesaria) contra todas esas cabezas vacías que tristemente sigue habiendo sueltas por ahí. Destacar como siempre la labor de Arturo al bajo, sigo pensando que es de los mejores bajistas que tiene el punk a día de hoy, las notas densas y martilleantes sonaban de puta madre junto a los ritmos de Carlos. También hubo tiempo para versiones como «Enterrado» de Larsen (obviamente alguna tenía que caer) o el mítico «Enamorado de la muerte» de Rip que siempre anima a la peña, esta vez cantado por «otro Jose Luis» jejeje o el «New Rose» de los Damned, el broche de oro lo puso esa «Frontera francesa» otro de esos himnos atemporales del punk, gran comienzo y esperamos que les vaya muy bien.

A continuación (y ya la sala con bastante gente) salieron a escena Teenage Mutant trash y como era de esperar dieron un conciertazo para dejarnos en el recuerdo, ya que, por lo menos durante un tiempo, ahí estuvieron machacando nuestros oídos. Muchísima actitud, Dani dando saltitos sin parar, retorciendose y chillando, muy bien acompañado por Lalo y Rachel con sus coros, fueron callendo temazos como «Wild ride» combinados con otros en castellano como «Enamorado de mi ventilador» letra cojonuda en serio. Me encantan esos momentos locos en los que Dani se pone a trastear con los pedales y mete ataques sónicos a la peña de lo más variopinto y es que uno cuando va a conciertos le encanta ver cosas así, para eso estamos viendo música en directo, además del teatrillo y demás parafernalia mola volverse loco escuchado «I wanna be a james bond girl» y ver a Jorge (Biznaga) aporrear su batería con tanta rabia y caña, de eso se trata amiguitos. Como hemos dicho una pena ver marchar una banda así, pero por lo menos morimos una vez más y no creo que lo olvidemos. Muy bonito detalle por cierto hacer entradas de taco a color, si señor, aprended hijos de puta.
